Del mineral al objeto
Desde el año 2013, el proyecto Arqueoercina ha realizado tres campañas en el yacimiento de la Peña del Castro (La Ercina, León), lo que ha permitido a los investigadores recuperar varias piezas de talco, que incluían restos de mineral en bruto, otros con evidencias de procesos de manufactura y, finalmente, objetos terminados.
Fecha de Publicación
11 de mayo de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
Diario digital de Léon
Fuente de las imágenes
Arqueoercina FB, FB I.Sánchez, Diario digital de Léon
Palabras clave:
Edad del Hierro, Peña del Castro, Arqueoercina, Talco
Bibliografía
Férvedes 8, 2015, Programa de las jornadas
Las investigaciones arqueológicas en el yacimiento leonés de la Peña del Castro (La Ercina, León), siguen sorprendiendo con sus resultados. Durante las III Jornadas Internacionales "Evolución de los espacios y sus territorios en el noroeste de la Península Ibérica", celebradas en Astorga los pasados 21 y 22 de abril, se presentó el trabajo titulado "Apuntes para el estudio del trabajo del talco en la Edad del Hierro: el caso de la Peña del Castro (La Ercina, León)"
Tal y como señala Eduardo González, "el talco es un mineral muy escaso en la Península Ibérica, siendo la veta de Puebla de Lillo la más cercana al yacimiento. A nivel macroscópico, el talco documentado en el castro, con colores negros y grises, es muy similar al existente en Puebla de Lillo". Esto hace pensar en la existencia de labores de aprovisionamiento del mineral en Puebla de Lillo.
El mineral llegaría en bruto al castro, en el que se documentan numerosos fragmentos de mineral. Una vez allí, los artesanos procederían a la confección de objetos, "apareciendo mineral con signos de trabajo en el yacimiento, como pueden ser el serrado y la realización de perforaciones mediante el uso de taladros de inercia o de disco".
Finalmente, la intervención arqueológica permitió recuperar objetos terminados de talco "aparecen nueve piezas con perforación fabricadas en talco, que se dividen en tres grupos morfológicos: tubulares, esféricas y discoidales. Los objetos que se fabrican serían, principalmente, fusayolas y cuentas de collar". Algunas de estas piezas están decoradas, mediante líneas incisas, pequeños punteados o líneas en S, lo que, junto a la variedad cromática del mineral, genera objetos muy llamativos.
Una de las piezas más destacadas es una pieza tubular, de color casi negro y profusamente decorada, con pequeños apéndices laterales circulares y que, posiblemente, formase parte de un colgante o collar. Según indican los investigadores, los objetos terminados aparecerían, principalmente, en el interior de las viviendas de la Segunda Edad del Hierro, ya que las fusayolas formaban parte de los telares utilizados en la época para la artesanía textil. Sin embargo, los restos de mineral solían aparecer en zonas de basurero o vertedero, como restos sobrantes del proceso de fabricación.
Tal y como señala Eduardo González, "el talco es un mineral muy escaso en la Península Ibérica, siendo la veta de Puebla de Lillo la más cercana al yacimiento. A nivel macroscópico, el talco documentado en el castro, con colores negros y grises, es muy similar al existente en Puebla de Lillo". Esto hace pensar en la existencia de labores de aprovisionamiento del mineral en Puebla de Lillo.
El mineral llegaría en bruto al castro, en el que se documentan numerosos fragmentos de mineral. Una vez allí, los artesanos procederían a la confección de objetos, "apareciendo mineral con signos de trabajo en el yacimiento, como pueden ser el serrado y la realización de perforaciones mediante el uso de taladros de inercia o de disco".
Finalmente, la intervención arqueológica permitió recuperar objetos terminados de talco "aparecen nueve piezas con perforación fabricadas en talco, que se dividen en tres grupos morfológicos: tubulares, esféricas y discoidales. Los objetos que se fabrican serían, principalmente, fusayolas y cuentas de collar". Algunas de estas piezas están decoradas, mediante líneas incisas, pequeños punteados o líneas en S, lo que, junto a la variedad cromática del mineral, genera objetos muy llamativos.
Una de las piezas más destacadas es una pieza tubular, de color casi negro y profusamente decorada, con pequeños apéndices laterales circulares y que, posiblemente, formase parte de un colgante o collar. Según indican los investigadores, los objetos terminados aparecerían, principalmente, en el interior de las viviendas de la Segunda Edad del Hierro, ya que las fusayolas formaban parte de los telares utilizados en la época para la artesanía textil. Sin embargo, los restos de mineral solían aparecer en zonas de basurero o vertedero, como restos sobrantes del proceso de fabricación.
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