El yacimiento de Camp dels Ninots concentra el 70% del registro fósil de esta especie
Un clima subtropical, vegetación acuática, densos bosques de ribera y laurisilvas, así era Girona hace 3,1 millones de años, cuando los tapires campaban por allí a sus anchas. El yacimiento del Camp dels Ninots ha proporcionado un nuevo ejemplar de tapir completo, colocado en posición anatómica, del que se estima que pesaría unos 250 kilos. Estos grandes hervíboros se beneficiaban de un entorno lleno de vegetación, y se extinguieron en esta parte del mundo con la llegada del Pleistoceno y los ciclos glaciares.
Fecha de Publicación
27 de mayo de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
Efe Futuro, Dicyt, NCYT
Fuente de las imágenes
IPHES
Palabras clave:
paleontología, Plioceno, Camp dels Ninots, Girona, España, tapir, fósil, mascotas
Bibliografía científica, publicación original
IPHES (nota de prensa)
La excavación que este mes de mayo se desarrolla en el yacimiento del Camp dels Ninots, en Caldes de Malavella (Gerona), bajo la dirección del IPHES, ha puesto al descubierto el esqueleto entero de un tapir de 3,1 millones de antigüedad que, además, está en conexión anatómica. Con este hallazgo el Camp dels Ninots concentra ya el 70% del registro fósil de esta especie.
Dimensiones
"Si bien en Europa hay muchos otros yacimientos con restos aislados de tapir, el Camp dels Ninots es el único que los conserva enteros, en conexión anatómica y en un estado excepcional", subrayan Bruno Gómez y Gerard Campeny, investigadores del IPHES y codirectores de este proyecto de investigación.
Las medidas del tapir que ha aparecido estos días serían las correspondientes a un individuo juvenil de aproximadamente 1,80 m de largo y 1,30 m de altura, que debería pesar unos 250 kilogramos y pertenecía a la especie Tapirus arvernensis.
Hace 3,1 millones de años los tapires eran muy abundantes en el Mediterráneo, en un momento en que regía un clima subtropical, más húmedo que el actual, con temperaturas relativamente suaves, poca estacionalidad y abundantes precipitaciones. Uno de los rasgos característicos de la vegetación de la Europa occidental de aquella época es que estaba caracterizada por bosques de laurel (laurisilva) de hoja perenne como las que hoy encontramos en el sureste de China o el Delta del Mississippi, donde predominan, por ejemplo, los llamados cipreses de los pantanos.
Cómo era el entorno
En el yacimiento del Camp dels Ninots se ha podido reconstruir el paisaje de esta zona gracias a las abundantes huellas de restos vegetales, esencialmente hojas y frutos, que han quedado atrapadas en sus sedimentos. Su estudio ha permitido distinguir la existencia de una vegetación acuática, con plantas que vivían sumergidas en zonas poco profundas y someras. Otra vegetación documentada es la típica del bosque de ribera con chopos, sauces, etc. y, finalmente, un bosque de laurisilva donde encontramos además de laureles, encinas, acebos y algunos árboles caducifolios como los nogales.
Es en este contexto ambiental donde los tapires encontraron las condiciones idóneas para vivir. Estos animales son mamíferos muy corpulentos que basan su alimentación en hojas y frutas, de las cuales, en este entorno, podían disponer durante prácticamente todo el año. La presencia de las aguas del antiguo lago del Camp dels Ninots proporcionaba no sólo la comida suficiente sino también refugio para los posibles ataques de carnívoros de la zona.
Con el esqueleto de tapir localizado este año, junto con los otros cuatro de campañas de excavación anteriores, todos ellos de edades diferentes, se demuestra que el entorno del Camp dels Ninots era el adecuado para vivir una población estable de este tipo de animales tant extraordinarios. Su extinción en Europa, a principios del Pleistoceno, hace entre 2,8 y 2,5 millones de años, es consecuencia de un cambio climático regido por la ciclicidad de los periodos glaciares e interglaciares, momento en que el paisaje subtropical fue sustituido por una vegetación de tipo mediterráneo.
Actualmente, los tapires se encuentran en zonas muy concretas de Centroamérica y Asia, especialmente en China y Sumatra. El tapirus indicus, de pelaje blanco y negro, es la especie viva más relacionada con la que vivió el Camp dels Ninots.
Las acciones que el IPHES lleva a cabo en el Camp dels Ninots forman parte del proyecto cuatrienal de investigación “El Plio-pleistocè del Camp dels Ninots i la depressió prelitoral: evolució paleoclimàtica, dispersions faunístiques i humanes” (2014/100575) financiado por el Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya.
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