La cavidad alberga pinturas fechadas en 31.000 años de antigüedad
La Cueva de la Fuente del Trucho (Huesca) ya dio la sorpresa cuando un equipo de investigación logró datar sus pinturas, que resultaron tener una antigüedad de entre 25.800 y 31.000 años, por lo que se trata de un enclave que puede dar importante información sobre el poblamiento de los humanos modernos en el entorno de los Pirineos. Ahora se ha puesto en marcha una campaña de excavación en su interior que espera dar con restos óseos o cultura material de esos primeros pobladores del lugar, y arroje luz sobre su vida y costumbres. Esperamos que tengan éxito.
Fecha de Publicación
22 de junio de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
ABC
Fuente de las imágenes
ABC
Palabras clave:
prehistoria, paleolítico superior, Cueva de la Fuente del Trucho, Huesca, España, arte rupestre, nacional
Bibliografía científica, publicación original
Un equipo de arqueólogos buscan en una cueva de la provincia de Huesca restos humanos de hace más de 31.000 años. Se trata de la Cueva de la Fuente del Trucho, situada en el municipio de Colungo (comarca del Somontano), cuyas pinturas rupestres se lograron datar hace un par de años: tienen 31.000 años y, por ejemplo, los caballos representados en sus paredes tienen el doble de antigüedad que los bisontes de Altamira (Cantabria).
Ahora los arqueólogos buscan bajo la tierra de esta cueva. Su objetivo es dar con restos de presencia humana en esa enclave que tengan más de 31.000 años de antigüedad, para avanzar en el conocimiento sobre los primeros pobladores de la Península Ibérica y, en particular, de esta zona próxima al Pirineo aragonés.
La campaña de excavaciones que acaba de arrancar está liderada por la investigadora Pilar Utrilla, catedrática de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza. Junto a ella participan también, entre otros, dos investigadores de Southampton (Gran Bretaña) y Leipzig (Alemania), los mismos en cuyos laboratorios se logró datar la antigüedad de las pinturas rupestres de esta cueva gracias a la aplicación de la técnica del Uranio/Thorio. Mediante estos análisis se supo, hace un par de años, que esas pinturas tenían entre 25.800 y 31.000 años de antigüedad.
La cueva tiene una gran boca de 22 metros de ancho que da acceso a una amplia sala de 24 metros de profundidad, divididad en dos lóbulos. El menor de ellos posee una cúpula esférica y una ventana oval por la que entra el sol de forma directa, de forma que por la mañana ilumina los grabados.
Este conjunto de pinturas rupestres incluye representaciones de figuras, cabezas de caballos y casi cincuenta manos pintadas en negativo, además de puntos seriados y representaciones de astros.
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