Atribuyen a inmigrantes asiáticos huesos hallados en una excavación vinculada al Londres romano
El antiguo asentamiento de Londinium (Londres)se caracterizó por ser un importante centro comercial y burocrático de la provincia romana de Gran Bretaña (Britannia). Los restos de aquellos que habitaron la ciudad y las evidencias de materiales arqueológicos hacen referencia a su carácter cosmopolita y han sido utilizados para caracterizar a las personas que fueron enterradas en Londinium. Los análisis isotópicos de estroncio, oxígeno y plomo con los restos humanos de diversos asentamientos de la Gran Bretaña romana están posibilitando identificar su origen y los flujos migratorios que protagonizaron. Los resultados sugieren la gran variedad geográfica de los habitantes de Londinium, desde originarios de la propia Roma a personas muy alejadas de su tierra natal. En concreto, se han hallado los restos de dos personas de procedencia asiática y que con total seguridad llegaron a Londinium pasada su adolescencia.
Fecha de Publicación
22 de septiembre de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
Europa Press, El País, phys.org
Fuente de las imágenes
phys.org
Palabras clave:
Mundo clásico, Roma, Londinium, Britania, Londres, isótopos, migración, gente, tecnología
Bibliografía científica, publicación original
Journal of Archaeological Science
Un pequeño equipo de investigadores con la Universidad de Durham, el Museo de Londres y el British Geological Survey ha establecido provisionalmente que dos esqueletos encontrados en una tumba de la era romana en Londres son de origen asiático. En su artículo publicado en el Journal of Archaeological Science, el equipo describe los esqueletos, las pruebas que llevaron a cabo en ellos y por qué creen que pueden ser de origen asiático.
No es la primera vez que aparecen asiáticos en el antiguo Imperio, en 2010 se realizó un hallazgo muy similar en Vagnari, en el sur de Italia, confirmado además por el ADN. Hasta ahora nunca habían sido encontrados en Gran Bretaña, que entonces se encontraba en la frontera occidental de Roma. Las relaciones entre Asia y Roma existían sin duda, porque las dos potencias intercambiaban bienes y eran conscientes de su existencia mutua, pero las pruebas arqueológicas son mínimas y muchas veces discutidas.
Las evidencias más sólidas de las relaciones entre China —entonces en manos del dinastía Han— y el Imperio romano provienen de Asia: la principal prueba es un relato chino del año 166 de nuestra era recoge la llegada de un embajador de Marco Aurelio, emperador de 161 a 180.
En este nuevo hallazgo, los dos esqueletos formaban parte de un grupo de 22 restos óseos encontrados enterrados en una antigua tumba romana en Southwark, un distrito de Londres. Los huesos se remontan a un período comprendido entre los siglos II y IV, un tiempo durante el cual el Imperio Romano era todavía fuerte. Los investigadores han analizado hasta ahora, isótopos de oxígeno de los dientes y los isótopos de carbono y nitrógeno de los huesos. Estos análisis también han ayudado a revelar los hábitos alimenticios de aquellas personas, que constituyen otra prueba que demuestra que muchos de ellos eran de lugares distintos a Londres.
También llevaron a cabo el modelado estadístico de los cráneos y de dientes, cuyas diferencias se pueden atribuir a las diferentes ascendencias. Es la misma tecnología utilizada por los expertos forenses para establecer la ascendencia de los restos óseos descompuestos. Fue esta prueba la que sugiere que dos de los esqueletos eran probablemente de ascendencia asiática, y que otros cuatro eran probablemente de origen magrebí. Los investigadores reconocen que el método no es tan claro como las pruebas de ADN, y en este caso, mucho menos debido a que los huesos utilizados en el análisis estaban muy fragmentados. Para probar realmente que los huesos tenían ascendencia asiática se tendrán que encontrar muestras de ADN para su análisis.
No es la primera vez que aparecen asiáticos en el antiguo Imperio, en 2010 se realizó un hallazgo muy similar en Vagnari, en el sur de Italia, confirmado además por el ADN. Hasta ahora nunca habían sido encontrados en Gran Bretaña, que entonces se encontraba en la frontera occidental de Roma. Las relaciones entre Asia y Roma existían sin duda, porque las dos potencias intercambiaban bienes y eran conscientes de su existencia mutua, pero las pruebas arqueológicas son mínimas y muchas veces discutidas.
Las evidencias más sólidas de las relaciones entre China —entonces en manos del dinastía Han— y el Imperio romano provienen de Asia: la principal prueba es un relato chino del año 166 de nuestra era recoge la llegada de un embajador de Marco Aurelio, emperador de 161 a 180.
En este nuevo hallazgo, los dos esqueletos formaban parte de un grupo de 22 restos óseos encontrados enterrados en una antigua tumba romana en Southwark, un distrito de Londres. Los huesos se remontan a un período comprendido entre los siglos II y IV, un tiempo durante el cual el Imperio Romano era todavía fuerte. Los investigadores han analizado hasta ahora, isótopos de oxígeno de los dientes y los isótopos de carbono y nitrógeno de los huesos. Estos análisis también han ayudado a revelar los hábitos alimenticios de aquellas personas, que constituyen otra prueba que demuestra que muchos de ellos eran de lugares distintos a Londres.
También llevaron a cabo el modelado estadístico de los cráneos y de dientes, cuyas diferencias se pueden atribuir a las diferentes ascendencias. Es la misma tecnología utilizada por los expertos forenses para establecer la ascendencia de los restos óseos descompuestos. Fue esta prueba la que sugiere que dos de los esqueletos eran probablemente de ascendencia asiática, y que otros cuatro eran probablemente de origen magrebí. Los investigadores reconocen que el método no es tan claro como las pruebas de ADN, y en este caso, mucho menos debido a que los huesos utilizados en el análisis estaban muy fragmentados. Para probar realmente que los huesos tenían ascendencia asiática se tendrán que encontrar muestras de ADN para su análisis.
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