Más de 450 recintos circulares previos al contacto con los europeos han sido identificados tras la deforestación de amplias zonas
La selva amazónica no es un lugar virgen que se hubiera mantenido inalterado durante milenios antes de su deforestación masiva a partir del siglo XX. En realidad cuenta una historia bien diferente, de explotación milenaria de recursos, pero de un modo sostenible. Investigaciones en el estado brasileño de Acre han puesto al descubierto más de 450 recintos circulares que han estado ocultos durante milenios bajo una espesa capa de selva madura. Las primeras investigaciones de la evolución del suelo en su entorno revelan que los grupos humanos han explotado los recursos de la selva en el pasado, pero a través de prácticas mucho más sostenibles que las actuales. Incluso desarrollaron cierta selección de especies que parece estar relacionada con la biodiversidad de algunos bosques actuales de la región.
Fecha de Publicación
7 de febrero de 2017
Fuentes de información digital utilizadas
Europa Press, University of Exeter (nota de prensa)
Fuente de las imágenes
Europa Press
Palabras clave:
arqueología americana, Brasil, Acre, recintos circulares, vegetación, explotación forestal, vivienda
Bibliografía científica, publicación original
PNAS
La selva amazónica no es un lugar virgen que se hubiera mantenido inalterado durante milenios antes de su deforestación masiva a partir del siglo XX. En realidad cuenta una historia bien diferente, de explotación de recursos durante milenios, pero de un modo sostenible, abriendo pequeños claros temporales.
La deforestación masiva de las últimas décadas ha dejado al descubierto diferentes usos que dieron los habitantes primitivos al suelo de la selva, poniendo a la vista más de 450 construcciones en forma de recintos circulares en la región de Acre, en el noroeste de Brasil. Estos recintos se encontraban anteriormente cubiertos por una espesa capa de selva madura.
Las investigaciones desarrolladas tanto al interior como al exterior de algunos de estos círculos han permitido reconstruir la historia ecológica de los últimos 6.000 años, lo que nos ha revelado un panorama mucho más antropizado de lo esperado, y a la vez una explotación sostenible de la selva durante milenios.
A lo largo de esos 6.000 años de historia, la Amazonia nunca sufrió una deforestación de tal magnitud como la actual, sino que los grupos humanos abrían pequeños claros para su explotación y uso, y en ellos construían también este tipo de recintos que no parecen destinados a la vivienda, aunque aún no ha sido posible excavar en extensión ninguno de ellos.
También parece que practicaron cierta selección de especies, primando las que tenían un mayor valor de uso para ellos. Los investigadores creen que la biodiversidad de algunos de los bosques actuales de Acre puede tener una fuerte conexión con estas antiguas prácticas 'agroforestales'.
La doctora Jennifer Watling, investigadora post-doctoral del Museo de Arqueología y Etnografía de la Universidad de São Paulo, afirma que "a pesar del enorme número y densidad de geoglifos en la región, podemos estar seguros de que los bosques de Acre nunca fueron aclarados tan extensamente, o durante tanto tiempo como lo han sido en los últimos años".
"Nuestra evidencia de que los bosques amazónicos han sido manejados por los pueblos indígenas mucho antes del Contacto Europeo no debería ser citada como justificación para el uso destructivo e insostenible de la tierra que se practica hoy en día.[...]Debe servir para resaltar el ingenio de regímenes de subsistencia pasados que no condujeron a la degradación de los bosques y la importancia del conocimiento indígena para encontrar alternativas más sostenibles de uso de la tierra".
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