Recrean una receta de braggot, una hidromiel con cebada, encontrada en un enterramiento de la Edad del Hierro
Hace unos 2.500 años, una tumba fue cuidadosamente preparada para un individuo muy querido para los suyos. Prepararon su último descanso, y prepararon además una bebida que pudiese acompañarle en su festín al más allá, y la depositaron en un gran caldero de bronce. Allí se depositaron los restos de esta bebida alcohólica, un braggot, especie de combinación de hidromiel y cerveza, con un toque de menta. Y del fondo de ese caldero se ha podido sacar ahora la receta de este brebaje que una cervecera de Milwaukee se ha animado a reproducir con el asesoramiento de la arqueóloga y antropóloga Bettina Arnold. ¿Te imaginas el resultado?
Fecha de Publicación
26 de octubre de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
Archaeology, NPR
Fuente de las imágenes
NPR
Palabras clave:
edad de los metales, edad del hierro, Alemania, enterramiento, braggot, hidromiel, cebada, gastronomía
Bibliografía científica, publicación original
Un buen vino de 20 años es algo digno de apreciar. Pero recrear una bebida alcohólica de hace 2.500 años es algo muy distinto.
Mientras examinaba cuidadosamente los restos de un enterramiento de la Edad del Hierro datado entre el año 400 y 450 a.C. en la actual Alemania, la arqueóloga y antropóloga de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee Bettina Arnold, junto a otros compañeros, descubrió un caldero que contenía los restos de una bebida alcohólica enterrada con el difunto.
"De hecho fuimos capaces, en última instancia, de dar algo de sentido al contenido que hubo en un caldero de bronce", ha declarado Arnold.
Así que decidió formar equipo con la cervecera Lakefront de Milwaukee para recrear la antigua bebida, usando una receta inspirada en las evidencias recogidas de entre los restos arqueológicos.
Arnold dice que el caldero contenía unos 14 litros de un líquido de alta calidad. Un paleobotánico analizó los contenidos y compuso una idea básica de la receta. "La miel, que está definitivamente presente... y también como agente conservante y aportando amargor, no hay lúpulo sino filipéndula" (en inglés "la reina de los prados" o meadowsweet), explica Arnold. La menta también estaba presente en la elaboración.
La bebida hallada en el caldero sería un braggot, una especie de cruce entre hidromiel y cerveza. Chad Sheridan, maestro cervecero de Lakefront Brewery lo explica así: "un braggot es una combinación de cebada y miel como los dos ingredientes ricos en azúcares para crear la bebida".
Sheridan fue incluido en el proyecto debido a su experiencia en la creación de hidromiel y braggots caseros. Aparte de la levadura de cerveza, el preparado únicamente contiene cuatro ingredientes: cebada, miel, menta y filipéndula. Llevó siete horas preparar la composición y otras dos semanas para dejarla fermentar.
Un trago del resultado final la revela como una bebida suave y agradable, casi como un Oporto seco, pero con un matiz mentolado y herbal. También aporta un buen golpe de alcohol.
Por ahora nadie se ha planteado producirlo a gran escala para su venta. Aunque es perfectamente bebible y "muy guay de probar... no creo que la gente esté interesada en comprarlo para beberlo", dice Chris Ranson de Lakefront Brewery. "Pero desde luego que ha sido un experimento divertido", añade.
Arnold cree que fue bastante fortuito el hecho de que fueran capaces de recrear esta receta. "Afortunadamente para nosotros, no se limitaban a mandar a la gente al otro mundo con espadas y lanzas, sino que también les enviaban con esta bebida. Es un "trae tu propia bebida" del más allá, ¿sabes? Tienes que poder montar una fiesta cuando llegas allí".
Durante miles de años, el alcohol ha jugado un papel vital en culturas de todo el mundo. Durante la Edad del Hierro, como en la actualidad, el alcohol era utilizado como bebida social y se usaba además especialmente en eventos especiales, como inauguraciones, enlaces y, en este caso, enterramientos.
"El alcohol es una parte muy importante del ritual. Nos ayuda a prestar atención a un momento específico en el tiempo", dice Joshua Driscoll, estudiante de doctorado de antropología en la Universidad de Milwaukee especializado en la historia y la arqueología de las bebidas fermentadas.
"Así sucede por ejemplo con los brindis. Todo el mundo alza su copa, beben un poquito de una bebidaalcohólica y eso hace a todo el mundo prestar atención a ese momento específico, lo que ayuda a recordarlo en el futuro", dice Driscoll.
Esta será, esperan, la primera de muchas recreaciones de este tipo de bebidas, o así lo espera Arnold. El Colegio de Letras y Ciencia de la Universidad de Milwaukee está desarrollando un programa sobre la cultura y la ciencia de la fermentación. Eventualmente, dice, ella desarrollará un curso donde se elaborarán diferentes bebidas basadas en la evidencia arqueológica.
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