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martes, 29 de noviembre de 2016

Tallando hueso en cueva Qesem (Israel) hace 300.000 años
by LB Paleorama - 0


Documentan la talla de hueso con fines distintos a la alimentación

Durante mucho tiempo se ha mantenido la hipótesis de que Homo sapiens era el único homínido capaz de transformar el hueso con herramientas específicas con fines diferentes a alimentarse de él. Sin embargo, una serie de hallazgos en cueva Qesem (Israel) vienen a apoyar que este tipo de conductas fueron ya desarrolladas por homínidos más antiguos. Se acaba de publicar en Nature el estudio de dos útiles de sílex y un fragmento de tibia de gamo que muestra que hace más de 300.000 años, probablemente casi 400.000, los homínidos que ocupaban la cueva ya usaban los huesos para fabricar útiles y lo hacían con herramientas específicas. Ya sabéis, no hemos inventado nada.

Fecha de Publicación
25 de noviembre de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
Nature
Fuente de las imágenes
Nature
Palabras clave:
prehistoria, paleolítico inferior, cueva Qesem, Israel, hueso, talla, desgaste, ciencia
Bibliografía científica, publicación original
Nature

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Traducción: Laura Benito Díez
Durante mucho tiempo, la controversia que rodeaba a diversas herramientas de hueso procedentes de contextos anteriores al Paleolítico superior favoreció la visión de Homo sapiens como la única especie del género Homo capaz de modificar los huesos de animales para crear herramientas específicas. Sin embargo, evidencias como los huesos modificados del Paleolítico inferior en Sudáfrica, las herramientas de hueso del Paleolítico inferior europeo, junto con los retocadores de hueso del Pleistoceno final, han llevado a una reevaluación del concepto de Homo sapiens como el creador exclusivo de herramietas de hueso especializadas.

Herramientas para trabajar el hueso
Las evidencias procedentes de la cueva de Qesem, y que han sido objeto de un profundo análisis recientemente publicado en la revista Nature, están compuestas por dos herramientas de sílex, que presentan huellas de uso asociadas con el trabajo del hueso y residuos de hueso aún conservados en sus filos, y una tibia rota de gamo que presenta una marca de serrado que no tiene fines alimenticios. Estos restos tienen al menos 300.000 años de antigüedad, aunque probablemente se acerquen más a los 400.000, y son potencialmente algunas de las evidencias más tempranas del trabajo en hueso intencional con herramientas de piedra y con un propósito no alimenticio.
Gracias al uso de espectroscopía Micro-FTIR (Micro Fourier Transform Infra-Red), los investigadores han podido identificar residuo de hueso conservado en los bordes cortantes de ambas herramientas de sílex. Y la hidroxiapatita, componente mineral del hueso, se ha encontrado en la superficie dorsal de los bordes de las herramientas también.
Otros residuos, morfológicamente comparables con tejidos óseos, también han sido identificados, via microscopio, en el borde y las superficies de una de las herramientas.

Huesos con cortes en Qesem
Junto con la evidencia lítica, los investigadores presentan un ejemplar de hueso que refuerza la hipótesis del desarrollo de una actividad de trabajo en hueso, realizada utilizando herramientas específicas. Se trata de un fragmento distal de tibia perteneciente a un gamo. Aunque este hueso procede de un punto más elevado en la estratigrafía que los dos útiles de sílex, es relevante ya que está asociado al mismo contexto cultural y al mismo repertorio tecno-tipológico de sílex. La tibia rota probablemente formaba parte de una extremidad de gamo que fue llevada hasta la cueva, procesada como alimento, desechada, y posteriormente modificada con una herramienta de sílex. El hueso tiene una serie de incisiones cortas y profundas, concentradas en un mismo punto y superpuestas, que se han identificado como una marca de serrado.
Las características de rotura de este hueso indican que fue roto en fresco. La marca de serrado se localiza parcialmente en uno de los planos de rotura del hueso, y por tanto debió ser realizada tras la rotura del mismo. Cuando el propósito del corte es el procesado para obtener alimento, los cortes se producen antes de la rotura del hueso para la extracción del tuétano. Una vez que el hueso es fracturado, poca o ninguna carne queda en él, por lo que no se necesita realizar nuevos cortes.
Por tanto, la explicación más plausible en este caso es que la profunda marca de serrado sea el resultado de una acción con fines no alimenticios que se llevó a cabo después de que el hueso hubiera sido desprovisto de carne y de tuétano para el consumo.
Los resultados del estudio permiten a sus investigadores argumentar que en cueva Qesem, los homínidos estaban transportando a la cueva partes seleccionadas de animales cazados, y, después de consumir la carne, grasa y tuétano, ocasionalmente utilizaban los huesos de animales desechados para usos diferentes a la alimentación.
Este hecho puede relacionarse con la inclusión de nuevos materiales en la cadena operativa. Los datos presentados en el estudio, representan una conducta innovadora, precticada hace entre 420.000 y 300.000 años, y posiblemente la más antigua evidencia relacionada con la modificación intencional de hueso con fines no alimenticios a través del uso de herramientas específicas de piedra. Es más, los resultados de la investigación están en perfecta concordancia con evidencias adicionales relacionadas, como el uso de fragmentos de hueso como retocadores.

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