El estudio detallado demuestra que las lesiones tuvieron que ser producidas por humanos
A principios de año, ya recogíamos la publicación de un estudio de los restos de un mamut hallado en Siberia, que mostraban evidencias de lesiones provocadas por humanos hace "tan solo" 45.000 años, 10.000 años antes de las evidencias de presencia humana tan al norte que se tenían hasta el momento. Ahora, el periódico Siberian Times publica imágenes de detalle de algunas de estas lesiones, mostrando su más que probable origen antrópico. ¿Qué movió a nuestros ancestros a moverse hasta lugares tan inhóspitos?
Fecha de Publicación
30 de mayo de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
The Siberian Times
Fuente de las imágenes
The Siberian Times
Palabras clave:
prehistoria, Paleolítico medio, río Yenisey, Siberia, Rusia, mamut, caza, lesiones, gente
Bibliografía científica, publicación original
Science
Cuando a principios de año la revista Science publicaba la existencia de un antiguo mamut con aparentes heridas de lanza provocó el interés de los medios a escala mundial. Hasta ahora, las fotografías de este destacado hallazgo no habían sido difundidas más allá de los círculos académicos.
De confirmarse el hallazgo, las implicaciones son enormes. Significaría que los humanos estaban presentes en el congelado Ártico unos 10.000 años antes de lo que se pensaba con anterioridad.
El análisis forense de los restos, que incluían tejidos blandos conservados, proporcionó evidencias de que el animal fue cazado y matado por humanos que usaron armas primitivas y herramientas hechas de hueso y piedra.
El doctor Vladimir Pitulko, autor principal del estudio publicado en Science, ha declarado: "Lo más probable es que los cazadores arrojasen lanzas relativamente ligeras. Es una táctica de caza habitual, especialmente en la caza de elefantes, que aún se practica en África. Un elefante es bombardeado con un gran número de lanzas ligeras. Entonces, perforado por tales "agujas" como un erizo, el animal comienza a perder sangre. Incluso una lanza ligera puede penetrar bastante profundamente y dañar órganos vitales".
"La movilidad del animal queda seriamente limitada, y entonces pronto es posible rematarlo con un golpe directo, infligido desde el frente y desde arriba en dirección descendente. Creo que esto fue lo que le pasó al mamut de Sopkarginsky".
Pitulko señala que la lesión más destacada está en la quinta costilla izquierda, causada por un tajo, lanzado desde delante y arriba en dirección descendente. Aunque fue un golpe oblicuo, fue lo suficientemente fuerte para atravesar la piel y los músculos y dañar el hueso.
"Un golpe similar pero menos potente también dañó la segunda costilla frontal derecha. Estos golpes tenían como objetivo los órganos internos y/o los vasos sanguíneos. El mamut fue también golpeado en la escápula izquierda al menos tres veces. Dos de estas lesiones fueron causadas por un arma que se dirigía hacia abajo a través de piel y músculos, moviendose desde arriba y un lado. Estas marcas indican lesiones causadas por lanzas arrojadizas relativamente ligeras".
"Otro golpe mucho más fuerte dañó el espinazo de la escápula izquierda. Debió ser realizado con una estocada o cuchillada, prácticamente directamente desde el frente al nivel del coracoides. El arma atravesó el hombro, piel y músculo, perforando casi completamente la escápula. Teniendo en cuenta la ubicación de la escápula y la altura estimada de este mamut, el punto de impacto estaría a una altura aproximada de 1,50 metros, en otras palabras, a la altura de un hombro humano adulto".
Otra lesión, posible evidencia de un golpe indirecto, se localizó en el hueso malar izquierdo. El golpe fue evidentemente muy fuerte y fue sufrido por el animal desde el lado izquierdo y de arriba a abajo, lo qoe solo fue posible si el animal yacía en el suelo. El doctor Pitulko, del Instituto de Historia de la Cultura Material en San Petersburgo, cree que este fue el "golpe final", que se dirigía a la base de la trompa.
Las lesiones halladas en los huesos también dan pistas sobre lo que hicieron los cazadores con el mamut después de matarlo. La defensa derecha tenía trazas de la acción humana sobre su punta.
No extrajeron la defensa completa sino que trataron de extraer "largas astillas de marfil con bordes afilados, que podían usarse como herramientas de despiece", dice Pitulko.
Una marca de despiece se documentó también en la quinta costilla izquierda, lo que se interpreta como una evidencia de que los cazadores extrajeron carne del cadáver para llevársela con ellos. También extrajeron la lengua del mamut, quizá fuese una delicatessen para ellos.
El doctor Robert Park, profesor de antropología en la Universidad de Waterloo (Canadá), ajeno a la investigación, considera que las evidencias no son consistentes con otras relacionadas con antiguos cazadores humanos. "La más convincente evidencia de que no fue despiezado es el hecho de que los arqueólogos recuperaron la joroba de grasa del mamut. Los cazadores-recolectores de estas latitudes necesitaban la grasa tanto por su valor alimentario como por su valor como combustible. Así que la única parte del animal que no esperaríamos que los cazadores dejasen es la grasa".
A estos argumentos, Pitulko responde: "Sí, los antiguos humanos, y no solo los antiguos, de hecho, han usad y usan la grasa animal como combustible y alimento, nada que discutir a eso. Por qué en este caso concreto no aprovecharon su presa es imposible de decir. Puede haber decenas de razones, por ejemplo, que no pudiesen acceder al cadáver porque cayese al agua. O que no se correspondiese con sus planes, porque matasen al animal solo para conseguir una comida y recargar las provisiones para un pequeño grupo".
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