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jueves, 1 de septiembre de 2016

Leones, leopardos y bisontes vivieron en Arrasate hace 100.000 años
by JMI Paleorama - 0


Destaca la aparición del león de las cavernas (Panthera spelaea) y del leopardo (Panthera pardus) entre los carnívoros

Artazu VII es un yacimiento paleontológico que se encontró en 2012 al realizar voladuras en la cantera de Kobate en Arrasate (Guipuzkoa). Ahora se publican las investigaciones que se han estado realizando desde entonces, este yacimiento era una sima que funcionó como una trampa natural para los animales que vivían allí hace 100.000 años en el Pleistoceno Superior. Al no ser una acumulación de restos intencional de determinadas especies, es una "fotografía" de toda la fauna que existía en aquella época y se han podido encontrar al menos 40 especies diferentes, algo muy poco frecuente en la región Cantábrica y en el resto de la Península Ibérica.

Fecha de Publicación
1 de septiembre de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
UPV/EHUEl Diario Vascocatalunyavanguardista.com
Fuente de las imágenes
UPV/EHUcatalunyavanguardista.com
Palabras clave:
Prehistoria, Pleistoceno superior, paleontología, paleoecología, cantera de Kobate, Arrasate, Guipuzkoa, fauna
Bibliografía científica, publicación original
Comptes Rendus Palevol

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Un equipo multidisciplinario de la UPV/EHU formado por investigadores del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología y del Departamento de Estratigrafía y Paleontología presenta el hallazgo del nuevo yacimiento de Artazu VII que se localiza en la Cantera de Kobate en Arrasate (Gipuzkoa). El yacimiento fue descubierto en el año 2012 por los operarios de la cantera tras realizar una voladura. Estos, al percatarse de la presencia de abundantes restos fósiles entre la arcilla que rellenaba la cavidad, paralizaron la explotación y se pusieron en contacto con el profesor Alvaro Arrizabalaga del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología. Tras constatar la importancia del enclave, en el año 2013, Alvaro Arrizabalaga y Maria Jose Iriarte en colaboración con la empresa que explota la cantera, decidieron realizar una excavación de emergencia para recuperar en su contexto los restos óseos del yacimiento bautizado como Artazu VII.
Yacimientos del Pleistoceno Superior sin indicios de actividad humana como Artazu VII son muy escasos tanto en la Región Cantábrica, como en la Península Ibérica. Y más aun los que poseen una gran abundancia y riqueza de especies con un estado de preservación excepcional y en los que se haya realizado un estudio multidisciplinar como el que se está realizando en este proyecto. El hallazgo de este yacimiento ha sido publicado en la prestigiosa revista Comptes Rendus Palevol liderado por la investigadora predoctoral Aitziber Suárez Bilbao, que actualmente desarrolla su tesis doctoral en la UPV/EHU.
El Pleistoceno representa una fase crítica de la historia humana. En concreto, esta época se caracteriza por sufrir diversos cambios climáticos, tanto de escala global, como regional. El interés de Artazu VII, reside en que se trata de una sima que en su época funcionó como una trampa natural en la que diversos animales cayeron casualmente. Este hecho le confiere a este yacimiento un gran interés paleontológico y paleoecológico, ya que, al tratarse de una acumulación no generada por el ser humano ni por ningún otro agente biológico, la asociación faunística recuperada no se encuentra sesgada por las apetencias tróficas de ningún organismo. Es decir, la causa de la acumulación de los restos óseos fue la caída accidental de organismos en una sima, y no la acumulación de restos de organismos cazados por un depredador. Por tanto, la asociación recuperada refleja, de una manera más precisa, la fauna del entorno en el momento del relleno de la sima. Así, el empleo de bioindicadores precisos de este yacimiento está permitiendo efectuar trabajos paleoecológicos y paleoambientales de alta resolución.
En el estudio preliminar publicado en la revista de carácter internacional se ha numerado la lista taxonómica de al menos 40 especies presentes en Artazu VII, entre micro- y macrovertebrados. Además, la mayoría de los restos se han recuperado enteros o con fracturas postdeposicionales y muchos de los huesos se han preservado en conexión anatómica. Así, para hace 100.000 años en el entorno de Arrasate, se ha constatado la presencia de especies que actualmente se encuentran extintas, o que hoy en día están ausentes por haberse desplazado geográficamente. Destaca la aparición del león de las cavernas (Panthera spelaea) y del leopardo (Panthera pardus) entre los carnívoros, y del bisonte estepario (Bison priscus) y el ciervo común (Cervus elaphus) entre los ungulados. La investigación llevada a cabo hasta ahora en los microvertebrados (mamíferos, anfibios y reptiles) ha constatado una serie de eventos cálidos para el momento del relleno de la sima de Artazu VII.
El carácter científico y experiencia previa de los miembros que conforman el equipo de investigación está permitiendo realizar un estudio novedoso e integral, donde los principales objetivos planteados son efectuar análisis geológicos combinados (Sedimentología y Estratigrafía), paleontológicos de macrofauna y microfauna (Paleobiología y Paleoecología) y geoquímicos (Paleodietas y migraciones de fauna) que permitan abordar una reconstrucción paleoambiental detallada de este yacimiento. Así, en el trabajo publicado también han colaborado otros investigadores de varias instituciones: Jone Castaños, Naroa Garcia y Maria Jose Iriarte de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Pedro Castaños de la Sociedad de Ciencias de Aranzadi y José Eugenio Ortiz y Trinidad Torres de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).

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