Se ha documentado una muralla de 100 metros de trazado
La primera campaña de excavaciones en el Pico de la Mora, cerca de Peñafiel (Valladolid), ha concluido con la constatación de que el lugar, que estuvo ocupado en época campaniforme (entre el 2500 y el 2000 a.C.), se encontró protegido por una construcción de carácter defensivo de unos 100 metros de longitud y 2'5 metros de anchura. Debió contar con un tosco paramento, tanto al interior como al exterior. A falta de cronologías absolutas, diversas cerámicas lisas y algunos útiles líticos, como una pequeña lámina de sílex, son fácilmente comparables a los que aparecen en yacimientos campaniformes cercanos.
Fecha de Publicación
1 de septiembre de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
Universidad de Burgos, DICyT, burgosconecta.es
Fuente de las imágenes
Universidad de Burgos, DICyT
Palabras clave:
Prehistoria, Calcolítico, Campaniforme, Pico de la Mora, Peñafiel, Valladolid, muralla, vivienda
Hasta la fecha la posible muralla se conocía a partir de algunas prospecciones superficiales y varios fotogramas aéreos pero durante diez días de este último mes de agosto un grupo de siete investigadores ha llevado a cabo unos trabajos arqueológicos que han intervenido en uno de los puntos (sector septentrional) de su trazado y ello ha permitido reconocer algunos rasgos de su estructura constructiva. En resumidas cuentas, se ha averiguado que esta muralla de unos 100 metros de longitud y 2,5 metros de anchura debió contar con un tosco paramento, tanto al interior como al exterior. En efecto, en algunos puntos del recorrido se reconocen una serie de grandes bloques de caliza de entre medio y un metro de anchura, situados en la base de la estructura, que aparecen alineados y que sirvieron para soportar los empujes del relleno. Éste, integrado fundamentalmente por un cúmulo de cantos de caliza de tamaño pequeño/medio mezclado con tierra, contiene también algunos interesantes materiales arqueológicos. A falta de dataciones absolutas, que se realizarán en breve a partir de los “carbones” que han sido recuperados entre el relleno, tales artefactos han permitido la adscripción al “horizonte Campaniforme” de esta obra. Diversas cerámicas lisas y algunos útiles líticos como una pequeña lámina de sílex son fácilmente paralelizables con los que aparecen en yacimientos campaniformes cercanos (por ejemplo: Pico del Castro, en Quintanilla de Arriba, Valladolid).
Estos trabajos han sido efectuados por un grupo de investigación dirigido por el profesor de la Facultad de Historia, Patrimonio y Comunicación de la Universidad de Burgos (UBU) Dr. José Antonio Rodríguez Marcos y por el Dr. por la Universidad de Valladolid (UVa) Rodrigo Villalobos García (quien ha dirigido los trabajos de campo) y financiados por la Junta de Castilla y León.
Otros hallazgos
Otros de los resultados son la constatación de que el lugar conoció una actividad propia de un pequeño hábitat hace unos 4.500 años. Esto queda probado por algunos hallazgos que se han recogido, dispersos por la superficie y laderas del alto, y en una cata que se ha abierto en el interior del recinto. En este sentido cabe señalar la presencia de un diente de hoz con pátina de haber segado cereal, algún objeto de barro relacionado con el hilado (fusayola), un buen número de núcleos de sílex y restos de talla del mismo material, y, sobre todo, un conjunto de cerámicas, la mayor parte de las cuales aparecen sin decoración y que vienen a sumarse a otras también lisas y a las pocas decoradas con motivos campaniformes que se habían recuperado en años anteriores sobre la superficie del área ocupada por el yacimiento.
Las diferentes pruebas recogidas y muestras y observaciones realizadas en el Pico de la Mora configuran un conjunto ciertamente homogéneo desde el punto de vista de su atribución cronológica y ponen en evidencia que el lugar, en efecto, dio cobijo a un pequeño pero interesante asentamiento que fue habitado, en exclusiva, a finales del periodo Calcolítico de la Meseta Norte española, durante el desarrollo de la denominada “etapa del Vaso Campaniforme”. En este momento los moradores del lugar erigieron una muralla que protegía el acceso al poblado; la cual, por cierto, constituye la más antigua construcción que, de esta clase, se conoce en todo el sector central de la Meseta castellanoleonesa.
Un proyecto científico con perspectiva de futuro
La breve campaña que se ha realizado en Pico de la Mora ha abierto, sin duda, importantes expectativas a futuras campañas arqueológicas a desarrollar en este enclave. Para los investigaodres, resultaría sumamente interesante completar la reconstrucción de las características de la muralla que cerró el hábitat Campaniforme, así como también lo sería reconocer las principales características del espacio habitado que se instaló sobre el Pico de la Mora.
Estos trabajos han sido efectuados por un grupo de investigación dirigido por el profesor de la Facultad de Historia, Patrimonio y Comunicación de la Universidad de Burgos (UBU) Dr. José Antonio Rodríguez Marcos y por el Dr. por la Universidad de Valladolid (UVa) Rodrigo Villalobos García (quien ha dirigido los trabajos de campo) y financiados por la Junta de Castilla y León.
Otros hallazgos
Otros de los resultados son la constatación de que el lugar conoció una actividad propia de un pequeño hábitat hace unos 4.500 años. Esto queda probado por algunos hallazgos que se han recogido, dispersos por la superficie y laderas del alto, y en una cata que se ha abierto en el interior del recinto. En este sentido cabe señalar la presencia de un diente de hoz con pátina de haber segado cereal, algún objeto de barro relacionado con el hilado (fusayola), un buen número de núcleos de sílex y restos de talla del mismo material, y, sobre todo, un conjunto de cerámicas, la mayor parte de las cuales aparecen sin decoración y que vienen a sumarse a otras también lisas y a las pocas decoradas con motivos campaniformes que se habían recuperado en años anteriores sobre la superficie del área ocupada por el yacimiento.
Las diferentes pruebas recogidas y muestras y observaciones realizadas en el Pico de la Mora configuran un conjunto ciertamente homogéneo desde el punto de vista de su atribución cronológica y ponen en evidencia que el lugar, en efecto, dio cobijo a un pequeño pero interesante asentamiento que fue habitado, en exclusiva, a finales del periodo Calcolítico de la Meseta Norte española, durante el desarrollo de la denominada “etapa del Vaso Campaniforme”. En este momento los moradores del lugar erigieron una muralla que protegía el acceso al poblado; la cual, por cierto, constituye la más antigua construcción que, de esta clase, se conoce en todo el sector central de la Meseta castellanoleonesa.
Un proyecto científico con perspectiva de futuro
La breve campaña que se ha realizado en Pico de la Mora ha abierto, sin duda, importantes expectativas a futuras campañas arqueológicas a desarrollar en este enclave. Para los investigaodres, resultaría sumamente interesante completar la reconstrucción de las características de la muralla que cerró el hábitat Campaniforme, así como también lo sería reconocer las principales características del espacio habitado que se instaló sobre el Pico de la Mora.
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