Nuevos estudios sobre los restos de homínidos de 1,77 MA hallados en Dmanisi (Georgia) alientan el debate evolutivo
Hace ya 25 años que las excavaciones en Dmanisi (Georgia) proporcionaron los fósiles del género Homo más antiguos fuera de África. Una reunión celebrada en Georgia el pasado mes de septiembre ha congregado a especialistas de todo el mundo en torno a los fósiles de Dmanisi y los últimos análisis al respecto, aportando nuevos datos al debate de si se trata de Homo erectus muy primitivos, con características de Homo habilis, o se trata de una nueva especie, o incluso de fósiles de todas ellas que ocuparan el lugar en distintos momentos. El caso es que se trata de unas gentes llenas de patologías dentales, con cuerpos de muy corta estatura y cráneos pequeños, que consiguieron recorrer más de 6000 kilómetros hacia el norte sin manejar aún el fuego.
Fecha de Publicación
22 de noviembre de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
Science
Fuente de las imágenes
Science
Palabras clave:
prehistoria, paleolítico, Dmanisi, Georgia, evolución, Homo erectus, gente, destacados
Bibliografía científica, publicación original
Traducción: Laura Benito Díez.
En un promontorio elevado sobre las praderas de la estepa georgiana, una iglesia medieval marca el lugar donde humanos han ido y venido a lo largo de la Ruta de la Seda durante miles de años. PEro hace 1,77 millones de años, este lugar era un cruce de caminos para otro tipo de migrantes. Entre ellos se encontraban los tigres de dientes de sable, lobos estruscos, hienas del tamaño de leones, y miembros tempranos de la familia humana.
Es el famoso yacimiento de Dmanisi, Georgia, que ofrece una imagen sin paralelos de este duro capítulo inicial de la evolución humana, cuando miembros primitivos de nuestro género homo luchaban por sobrevivir en una nueva tierra muy al norte del hogar africano de sus antepasados, enfrentándose a inviernos sin ropas o fuego y compitiendo con fieros carnívoros por la carne, literalmente comiéndose unos a otros.
El yacimiento de 4 hectáreas ha proporcionado fósiles excepcionalmente conservados que constituyen los más antiguos homínidos conocidos fuera de África, incluyendo cinco cráneos, unos 50 huesos esqueletales, y una pelvis aún inédita que fue desenterrada hace dos años. "No hay otro lugar como éste", afirma el arqueólogo Nick Toth de la Universidad de Indiana en Bloomington. "Es la veta principal de un momento en el tiempo".
Hasta el descubrimiento de la primera mandíbula en Dmanisi hace 25 años, los investigadores pensaban que los primeros homínidos en salir de África fueron Homo erectus clásicos (también llamados Homo ergaster en África). Estos ancestros altos y con un cerebro relativamente grande surgieron hace unos 1,9 millones de años y poco después inventaron una sofisticada nueva herramienta, el hacha de mano. Se pensaba que fueron los primeros en salir de África, haciendo todo un gran viaje hasta Java, en los confines de Asia, hace la friolera de 1,66 millones de años. Pero según se siguen acumulando los huesos y herramientas procedentes de Dmanisi, se va dibujando una imagen muy diferente de estos primeros migrantes.
Actualmente, los fósiles han dejado claro que estos pioneros eran bastante primitivos, con pequeños cuerpos de unos 1,50 metros de altura, herramientas muy simples, y cerebros entre un tercio y la mitad de los cerebros de los humanos modernos. Algunos paleontólogos creen que proporcionan una mejor imagen de las formas más primitivas de Homo erectus que los fragmentarios fósiles procedentes de África.
Este otoño, paleontólogos de todo el mundo se han reunido en Georgia por "Dmanisi and beyond", una conferencia celebrada en Tbilisi y el el propio yacimiento a finales de septiembre. Los investigadores celebraban 25 años de descubrimientos, inspeccionaron nuevos pozos con restos aún sin excavar, y debatieron sobre un puzle geográfico: ¿cómo consiguieron estos primitivos homínidos, o sus ancestros, viajar 6000 kilómetros desde el África subsahariana hasta el Cáucaso?. "¿Qué fue eso que les permitió desplazarse fuera de África sin fuego, sin cerebros muy grandes? ¿Cómo sobrevivieron?", se pregunta Donald Johanson, paleoantropólogo de la Universidad Estatal de Arizona y descubridor de Lucy.
No lo tuvieron fácil. Mirar a los dientes y mandíbulas de los homínidos de Dmanisi es ver un montón de dolor, en palabras de Ann Margvelashvili, postdoc en el laboratorio de la paleoantropóloga Marcia Ponce de León en la Universidad de Zúrich (Suiza)y en el Museo Nacional de Georgia en Tbilisi. Margvelashvili ha descubierto que en comparación con los cazadores-recolectores modernos de Groenlandia y Australia, un adolescente de Dmanisi tenía problemas dentales a mucho más corta edad, un indicador de mala salud en general. El adolescente tenía cavidades, apiñamiento dental, e hipoplasia, una línea que indica que el crecimiento del esmalte se detuvo en algún punto en la infancia, probablemente por malnutrición o por enfermedad. Otro individuo sufría una seria infección dental que dañó el hueso de la mandíbula y podría haber sido la causa de su muerte. Roturas y desgastes en muchos otros individuos sugieren que usaban sus diente como una herramienta y para romper huesos y obtener el tuétano. Y todos los dientes de homínidos encontrados estan cubiertos de placa dental, producto de las bacterias que poblaban sus bocas por la inflamación de las encías o por el pH de su comida o el agua que bebían.
Afortunadamente, tenían herramientas para ayudar a sus frágiles cuerpos. Muy básicas, pero montones de ellas. Los investigadores han encontrado más de 15.000 lascas y núcleos de piedra, además de más de 900 objetos, en capas de sedimentos datadas entre 1,76 y 1,85 millones de años de antigüedad. A pesar de que Homo erectus en África orienta ya había inventado las hachas de manos, parte del repertorio de herramientas achelenses, hace 1,76 millones de años, nada de esto ha aparecido en Dmanisi. En su lugar, las herramientas son de tipo olduvayense o Modo 1, las primeras herramientas hechas por homínidos, que incluyen lascas simples para raspar y cortar y hachas esféricas para golpear. Las herramientas olduvayenses de Dmanisis están realizadas sobre 50 materias primas diferentes, lo que sugiere que no eran especialmente selectivos.
Los investigadores han pensado durante mucho tiempo que Homo erectus salió de su lugar de origen en persecución de los mamíferos africanos que cazaban. Pero todos los aproximadamente 17.000 huesos animales analizados hasta ahora en Dmanisi pertenecen a especies euroasiáticas, no africanas, según la antropóloga biológica Martha Tappen de la Universidad de Minnesota. Los únicos mamíferos de origen no euroasiático son los homínidos, lo que es una clara evidencia de que se estaban comportando de una manera diferente a otros animales.
Los migrantes dejaron a su paso un rastro de herramientas que ha permitido a los investigadores trazar sus pasos fuera de África. Allí, las más antiguas herramientas de piedra, probablemente fabricadas por los primeros Homo, como el Homo habilis de pequeño cerebro, datan de manera fiable de hace 2,6 millones de años en Etiopía (y posiblemente 3,3 millones de años en Kenia). Nuevas fechas para herramientas de piedra y huesos con huellas de corte en Ain Boucherit, en el altiplano del noreste de Argelia, sugieren que los homínidos ya habían cruzado el Sáhara hace 2,2 millones de años, cuando era verde y más húmedo, según el arqueólogo Mohamed Sahnouni del CENIEH (Burgos, España). Sus resultados aún sin publicar, presentados en la reunión de Dmanisi, son la más antigua evidencia de presencia humana en el norte de África.
Las siguientes herramientas más antiguas son las de Dmanisi, de hace 1,85 millones de años. El rastro de herramientas se dirige entonces a Asia, donde aparecen herramientas olduvayenses de hace 1,7 millones de años en China y de 1,6 millones de años en Java, con fósiles de Homo erectus.
La identidad de las gentes que fueron dejando este rastro es un misterio que no ha hecho más que ahondarse con el estudio de los fósiles de Dmanisi. El equipo de excavación ha clasificado a todos los homínidos del yacimiento como Homo erectus , pero son tan primitivos y variables que los investigadores debaten si pertenecen a Homo erectus, Homo habilis, una especie diferente, Homo georgicus, o una mezcla de las tres, que podrían haber habitado el yacimiento en momentos ligeramente diferentes.
Un reanálisis de los cráneos de Dmanisi presentado en la reunión ha añadido leña al fuego al señalar cuán primitivos son la mayoría de ellos. Usando una técnica basada en la estadística para comparar su forma y tamaño con los cráneos de muchos otros homínidos, el paleoantropólogo de la Universidad de Harvard Philip Rightmire ha descubierto que solo uno de los cráneos de Dmanisi (730 cc.) se ajusta "confortablemente con los límites de Homo erectus". Los otros, particularmente el más pequeño con 546 cc., casa mejor con Homo habilis en cuanto a tamaño.
Tampoco caminaban los homínidos de Dmanisicomo los humanos modernos. Un nuevo análisis de secciones cruzadas de tres huesos de los dedos del pie ha demostrado que la parte exterior del hueso no está reforzada del mismo modo en que lo está en los humanos modernos. Cuando estos homínidos apoyaban la punta del pie las fuerzas de sus dedos se habrían distribuido de manera diferente. Habrían caminado de un modo más próximo a los chimpancés, quizá apoyando más el borde exterior del pie, como afirma Tea Jashashvili de la Universidad del Sur de California. el el Museo Nacional de Georgia.
"Si hay tantos rasgos primitivos, ¿por qué lo llaman Homo erectus?", se pregunta Ian Tattersall, paleoantropólogo en el Museo Americano de Historia Natural En Nueva York. "La gente evita la pregunta sobre qué es Homo erectus. Cada vez que aparecen nuevos restos, aumentan las características del taxón para que se ajuste a ellos".
Con todo, ninguna otra especie se ajusta mejor a los especímenes de Dmanisi, afirma Rightmire. Por ejemplo, las formas de sus paladares y cráneos se ajustan más a homo erectus que a Homo habilis. Y la variación en el tamaño del cráneo y la forma de la cara no es mayor que en otras especies, incluyendo a humanos modernos o chimpancés, afirma Ponce de León.
Aunque la baja estatura y el pequeño cerebro de los fósiles podría ajustarse mejor a Homo habilis, sus piernas relativamente largas y proporciones corporales modernas los ubican en Homo erectus, dice David Lordkipanidze, director general del Museo Nacional de Georgia y jefe del equipo de Dmanisi. "No podemos olvidar que no se trata de cabezas que rodasen solas, dispersandose por todo el mundo", añade Potts. Al igual que Rightmire, piensa que los fósiles representan una forma temprana y primitiva de Homo erectus, que ha evolucionado de un ancestro similar a Homo habilis y aún contaba con algunas de las características primitivas de éste.
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