El análisis de recipientes cerámicos muestra que esta práctica estaba extendida desde los inicios de la neolitización
Las nuevas técnicas de análisis abren puertas al estudio de elementos perecederos como los alimentos que componían nuestra dieta en el pasado y permiten formular nuevas hipótesis al respecto sobre bases sólidas. Es el caso de la investigación recientemente presentada acerca de la producción y consumo de lácteos durante el Neolítico en la cuenca mediterránea, que ha analizado cientos de recipientes cerámicos y huesos de animales domésticos procedentes de 82 yacimientos arqueológicos. El análisis ha demostrado que la presencia de la leche y los lácteos es muy abundante, y que pudo ser el motor de la domesticación del ganado, a la vez que favoreció la consolidación y expansión de la agricultura.
Fecha de Publicación
17 de noviembre de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
NCYT, Live Science
Fuente de las imágenes
NCYT
Palabras clave:
prehistoria, neolítico, Mediterráneo, leche, lácteos, domesticación, ganado, dieta, gastronomía
Bibliografía científica, publicación original
PNAS, Universidad de Bristol (nota de prensa), Universidad de York (nota de prensa)
Una reciente investigación fruto de la colaboración entre la Universidad de York y la de Bristol, en el Reino Unido, el Centro Nacional de Investigación Científica en Francia, y otras instituciones, ha aportado evidencias generalizadas de producción lechera prehistórica en el sur de Europa hace ya unos 9.000 años.
El estudio, publicado en PNAS, aporta abundantes pruebas del uso de leche y productos lácteos por parte de grupos humanos por toda la región del norte del Mediterráneo desde la aparición de la agricultura, hace unos 9.000 años.
La importancia de la carne y la producción de lácteos para el consumo en la cuenca del Mediterráneo durante el Neolítico sigue siendo un tema de debate. Investigaciones previas muestran que la atracción hacia la leche por sus grandes beneficios como alimento en aquellos tiempos pudo ser una fuerza impulsora clave para la domesticación de animales rumiantes, como vacas, cabras y ovejas.
En este estudio, el equipo internacional de Cynthianne Spiteri ha obtenido evidencias de la presencia de leche y grasas lácteas en más de 500 recipientes de cerámica analizados. Estos datos se respaldan además por el examen de las edades a las que murieron los animales domesticados presentes en 82 yacimientos arqueológicos estudiados, y que datan de entre el séptimo y el quinto milenio a.C.
El variado paisaje en el norte del Mediterráneo parece haber influido en qué tipo de animales fueron domesticados por estas gentes del Neolítico, en opinión de los investigadores.
"Por ejemplo, los terrenos irregulares son más adecuados para ovejas y cabras, y los paisajes abiertos y con abundante agua son mas adecuados para el ganado", dicen los investigadores participantes en el estudio Rosalind Gillis y Jean-Denis Vigne, arqueozoólogos en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) en el Museo Nacional de Historia Natural de París.
A inicios de la producción organizada de alimentos en tierras al norte del Mediterráneo, la leche era una fuente muy importante de nutrientes para estas primeras comunidades agrícolas. En palabras de Cynthianne Spiteri, es probable que jugara un papel importante a la hora de proporcionar un producto alimenticio almacenable (en forma de queso) y nutritivo que pudo sustentar a los primeros agricultores y, en consecuencia, favorecer la extensión de la agricultura en tierras del Mediterráneo occidental.
En esta investigación internacional, también ha trabajado la española Maria Saña Segui, de la Universidad Autónoma de Barcelona.
He leído hace poco que no fue hasta hace 4.500 años que los europeos desarrollaron la tolerancia a la lactosa, así que suponía que hasta entonces lo que consumían serían derivados (yogurt, queso) en vez de leche fresca. Quizá ahora se sitúe el consumo de leche fresca mucho más atrás en el tiempo.
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