Jose María Bermúdez de Castro se ha propuesto sacar del olvido distintos yacimientos neandertales peninsulares
Si la península Ibérica gozaba de un clima más benigno que la vecina Francia durante la última glaciación, lo lógico sería pensar que constituía un refugio más adecuado para los neandertales, pero el estado actual de la investigación hace que se conozcan más yacimientos neandertales en el país vecino que en la piel de toro. Y por otra parte, algunos de los yacimientos neandertales peninsulares no cuentan con demasiada popularidad. Por todo ello, Jose María Bermúdez de Castro se ha decidido a dar un repaso a estos yacimientos en su blog "Reflexiones de un primate", comenzando por la cueva de Valdegoba, en la provincia de Burgos.
Fecha de Publicación
10 de enero de 2017
Fuentes de información digital utilizadas
Reflexiones de un primate
Fuente de las imágenes
Reflexiones de un primate
Palabras clave:
prehistoria, paleolítico medio, neandertales, península Ibérica, Valdegoba, Burgos, España, gente
Bibliografía científica, publicación original
Dado el actual estado de la investigación, el conocimiento de yacimientos neandertales el Francia es mucho mayor, a pesar de que las condiciones climáticas en la península Ibérica habrían sido más benignas para refugiar a esta especie en un tiempo marcado por las frías temperaturas.
Desde su blog "Reflexiones de un primate", José María Bermúdez de Castro se ha propuesto hacer un repaso a los yacimientos neandertales ibéricos, muchos de ellos sumidos en el olvido y la desatención científica, para darles un nuevo lustre y, quién sabe, quizá despertar el interés de algún investigador.
El primero de ellos es Valdegoba, en la provincia de Burgos, que fue objeto de excavaciones arqueológicas en la década de 1980. La cueva de este nombre se encuentra en el tranquilo valle del río Úrbel, al norte de la provincia.
Fue a finales de julio de 1987, mientras topografiaban la gruta, cuando se produjo el hallazgo de una mandíbula sin mentón, que resultó pertenecer a la especie Homo neanderthalensis. Junto a ella, el desarrollo de varias campañas de intervención arqueológica proporcionó otros valiosos restos óseos, como el cuarto metatarso de un individuo joven, un quinto metatarso y la primera falange de un dedo de un adulto, y hasta diez coronas de dientes de leche.
Los restos faunísticos recogidos en el lugar hablan de la dieta de estos neandertales, que cazaron rebecos, corzos, ciervos y caballos en su entorno inmediato.
Las series de uranio practicadas tras la excavación arrojaron una antigüedad de unos 70.000 años para estos restos, actualmente custodiados en el Museo Arqueológico de Burgos. La cueva fue cerrada para su protección, y aguarda solitaria a que los arqueólogos la visiten de nuevo.
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