El foro, el cardo, el decumano, y un mercado, son algunas de las estructuras identificadas
Los romanos nos legaron una enorme cantidad de textos que nos permiten conocer su vida cotidiana y mundo al detalle, aunque a veces resulta complicado unir fuentes escritas y arqueología. Es lo que sucede con la ciudad romana de Caraca, situada por varios cronistas romanos en las inmediaciones del Tajo, y cuya ubicación exacta aún no ha sido corroborada. Pero los nuevos hallazgos en la localidad de Driebes (Guadalajara) hacen pensar que bajo su suelo aguarden los restos de esta ciudad.
Fecha de Publicación
20 de febrero de 2017
Fuentes de información digital utilizadas
Nueva Alcarria, Cadena Ser, El Periódico
Fuente de las imágenes
Nueva Alcarria, Cadena Ser, El Periódico
Palabras clave:
mundo grecorromano, romanos, Driebes, Guadalajara, España, Caraca, georradar, drones, ciencia
Bibliografía científica, publicación original
En el Cerro de la Muela, situado en la localidad de Driebes (Guadalajara), los restos arqueológicos afloraban ya desde antiguo, indicando la existencia de un yacimiento arqueológico de época romana de cierta entidad. Además, allá por los años 40 del siglo XX se localizó en la zona un tesoro de diversos objetos de plata datado en el siglo III a.C., que actualmente se expone en el Museo Arqueológico Nacional.
A pesar del conocimiento del lugar como asentamiento romano, las últimas pruebas de georradar realizadas en una pequeña parte del cerro han arrojado unos resultados que han sorprendido a los propios científicos. Emilio Gamo, director del equipo de arqueólogos, indica que se trata del primer asentamiento romano descubierto en la provincia de Guadalajara. “Se trata de una ciudad de tamaño medio” en la que se han podido localizar el foro, las termas, el cardo, el decumano y el acueducto.
La entidad de las estructuras encontradas ha llevado al equipo a pensar que se trata de la ciudad romana de Caraca, mencionada por distintos autores de la época, que estaría en las inmediaciones del río Tajo. Esta interpretación para el Cerro de la Muela no es nueva, aunque otras localidades cercanas, como Carabaña, se disputaban su emplazamiento.
"Desde hace cientos de años los investigadores habían debatido sobre su ubicación", explica Gamo, pero ahora las técnicas de georadar y el uso de drones ha permitido localizarla en la provincia de Guadalajara.
La metodología de trabajo comenzó con la consulta de bibliografía, cartografía, fotografía histórica y de la toponimia. Los trabajos de campo, se desarrollaron en dos fases. En la primera, el equipo recogió materiales arqueológicos en la superficie y los georreferenciaron. Fundamentalmente encontraron cerámica, aunque también dieron con fragmentos de estuco que tenían restos de pinturas murales.
En la segunda fase se utilizó un georradar 3D para llegar a una profundidad de entre 0 m y 1/1,5 metros en una superficie de 1 hectárea. Las dos fases fueron complementarias, pues una daba sentido a la información aportada por la otra. Se esperaba un buen resultado, aunque lo obtenido con estas técnicas no invasivas superó sus expectativas.
A través del georrádar se observan con claridad espacios públicos, incluido un foro porticado, su Cardo y Decumano, posiblemente un macellum o mercado y unas termas, además de una tupida malla de manzanas de viviendas que parecen solaparse en diversas fases cronológicas del yacimiento.
Los restos documentados más antiguos pertenecen al Bronce Final. Posteriormente el yacimiento continuó ocupado y los carpetanos lo convirtieron en un poblado de grandes dimensiones que controlaba la fértil vega del Tajo. Tras la conquista romana, el lugar continuó habitado y llegó a convertirse en una ciudad que alcanzaría, a la vista de los recientes descubrimientos, la categoría de Municipio.
Otro elemento que ratifica la existencia de un municipio romano es la presencia de un acueducto que medía 3 km, del que los arqueólogos localizaron 112 metros de canalización de opus caementicium (el hormigón romano) conservada. El acueducto tiene idénticas características al de Segobriga, y tuvo su cabecera en el manantial de Lucos, también situado en Driebes, un nombre que deriva de latín Lucus y que significa “bosque sagrado”.
También se han identificado sillares de grandes dimensiones con decoración almohadillada, pertenecientes sin lugar a dudas a edificios públicos, y restos de la vía romana que uniría a esta ciudad con Segobriga y Complutum (Alcala de Henares).
Para informar más ampliamente sobre este descubrimiento, el próximo 9 de marzo, jueves, los arqueólogos presentarán los resultados de la investigación en una conferencia en el Museo de Guadalajara (Palacio del Infantado) a la 19. 30 horas.
Adelante.....A conseguir presupuesto e iniciar obras de investigaci
ResponderEliminaron con restauración que nos permita vistarlo