Se encontraba a casi 20 metros de profundidad de la cota de calle actual
Es prácticamente imposible abrir un agujero en Roma y no hallar restos de su historia, y cuando la excavación es de la envergadura de las obras del metro, lo raro es no encontrar nada sustancioso. La excavación de un pozo de unos 20 metros de profundidad ha revelado la estratigrafía acumulada en la zona desde el siglo IV a.C. hasta la actualidad, además de dejar al descubierto lo que parecen son los restos del primer acueducto de Roma, Aqua Apia, construido en 312 a.C. Por el camino han aparecido abundanes restos de lo que comía la clase alta de la Roma republicana. Y como colofón, por debajo del acueducto ha aparecido un enterramiento de la Edad del Hierro (siglos X-IX a.C.)
Fecha de Publicación
4 de abril de 2017
Fuentes de información digital utilizadas
National Geographic, ABC, La Vanguardia
Fuente de las imágenes
National Geographic
Palabras clave:
mundo clásico, romanos, Roma, acueducto, aqua appia, metro, vivienda
Bibliografía científica, publicación original
Se llamaba Aqua Appia y fue el primer acueducto de la ciudad de Roma, cuando aún era regida por un senado.
Las fuentes clásicas sitúan su construcción en 312 a.C., varios siglos después de la fundación mítica de la ciudad, y también de su fundación real, probablemente anterior. Pero también significativamente antes de convertirse en la ciudad imperial retratada en los "peplum" cinematográficos, llena de pétreas construcciones monumentales.
Su ubicación actual, a casi 20 metros de profundidad desde la cota de calle contemporánea, dice mucho de la enorme actividad de esta bulliciosa urbe durante los dos últimos milenios.
Las obras del metro, que en la ciudad eterna siempre son complicadas, han puesto al descubierto esta obra de ingeniería, que de otro modo no hubiese estado al alcance de los arqueólogos. La gran profundidad de la excavación y las paredes reforzadas del pozo son las que han permitido no solo documentar el acueducto, sino además registrar esos casi 20 metros de sedimentos que hablan de la vida de los romanos, capa a capa.
Se han documentado muy abundantes restos de desperdicios procedentes de las comidas de los antiguos habitantes de la Roma republicana, que reflejan ya un modo de vida bastante opulento. Además de mamíferos domésticos, partes de jabalí, especies comunes como gallinas, pollos o capones, también aparecen otras más raras como el cisne y el faisán. Otro bocado común eran los peces de carne especialmente sabrosa como el mero.
La superficie excavada tiene un área de unos 800 metros cuadrados. El acueducto la atraviesa de parte a parte, y presumiblemente continúa hacia ambos lados. Se encuentra en las cercanías del Coliseo, frente al hospital militar de Celio.
La estructura tiene unos dos metros de altura, y en su parte superior alberga la canalización, por donde una tubería de plomo llevaba el agua. Se encontraba muy limpia de concrecciones calcáreas, por lo que los arqueólogos piensan que quizá se llevó a cabo una limpieza de mantenimiento poco antes de su abandono como aprovisionador de agua.
Posteriormente, en los siglos V y VI, fue reutilizado como cloaca.
Un tramo de 10 metros de longitud de acueducto, y parte de un depósito anterior, han sido desmontados para poder ser en el futuro reacondicionados y mostrados al público, igual que ya sucede con otros hallazgos procedentes de obras de metro anteriores expuestos en la estación de San Giovanni.
La guinda de la excavación es el hallazgo, a una cota inferior a la del acueducto, de un enterramiento de la Edad del Hierro, de entre finales del siglo X e inicios del siglo IX a.C.
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