Este hallazgo implicaría que los sillares para la construcción de Tarraco se habrían transportado por mar
Un tranquilo rincón de la costa al norte de la ciudad romana de Tarraco (Tarragona) guarda los restos de lo que debió ser un bullicioso muelle de carga, donde barcazas de transporte de unos 20 metros de largo cargaban los grandes bloques de piedra extraídos de la cercana cantera de El Mèdol para llevarlos por la costa hasta la ciudad, con el fin de utilizarlos en la construcción de sus edificios principales. Allí ha pasado casi 2.000 años de olvido, hasta que los ojos de un arqueólogo han sabido leer la historia horadada en la Roca Plana.
Fecha de Publicación
1 de junio de 2017
Fuentes de información digital utilizadas
Diari de Tarragona, La Información, El Periódico
Fuente de las imágenes
Diari de Tarragona
Palabras clave:
mundo clásico, romanos, transporte, Roca Plana, Tarragona, cantera, El Mèdol, Tarraco, puerto, economía
Bibliografía científica, publicación original
Un paseo, como muchos otros, por la zona del Bosc de la Marquesa, llevó a Jordi López, investigador del ICAC, a fijar su atención en la Roca Plana, una zona peculiar de la costa más próxima a la cantera romana de El Mèdol, junto a la antigua Tarraco. Algo en su forma despertó la curiosidad de López, quien creyó entonces vislumbrar la forma de un embarcadero.
A partir de ese momento nació una investigación coordinada desde el ICAC y que ha contado con la participación de Anna Gutiérrez, de la Universidad de Burdeos, y Gerard Martí, arqueólogo y director del Museu d'Història de Cambrils.
La investigación in situ de Roca Plana y su morfología, desarrollada por el propio López, se ha complementado con el estudio de las técnicas de transporte de sillares y los caminos disponibles por parte de Anna Gutiérrez, mientras que Gerard Martí aportaba sus conocimientos náuticos para comprobar de forma experimental si una sencilla embarcación de vela tenía opción de maniobrar adecuadamente en este posible embarcadero.
El pasado viernes presentaban en la propia Roca Plana sus resultados, que revelan la existencia de recortes artificiales en la roca, encajes cuadrangulares para la instalación de grúas de carga realizadas en madera, e incluso la presencia de un sillar procedente de El Mèdol abandonado en el embarcadero. Su hipótesis es avalada además por los resultados obtenidos desde las otras áreas del proyecto de investigación, ya que han concluido que el transporte por tierra de los grandes bloques de piedra habría resultado significativamente más caro que por mar. Además, la posibilidad de maniobrar con pequeñas barcas de carga a vela para entrar en el canal del embarcadero ha quedado también demostrada. Estas aproximaciones se llevarían a cabo con ayuda de remos y cuerdas en caso necesario, si las condiciones del viento no resultaban favorables.
El embarcadero tiene unos 75 metros de longitud por 5 de ancho, y actualmente se encuentra totalmente sumergido debido a la subida del nivel del mar, especialmente en los últimos 200 años. Su uso se habría concentrado especialmente entre el siglo II a.C. y el siglo II d.C.
Otros datos que apoyan la hipótesis del equipo de investigación son la presencia de un pequeño asentamiento romano a escasos 150 metros del embarcadero, y la reducida distancia hasta la cantera, desde la que se accedía por un llano camino de tierra.
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