Hace entre 3 y 1,4 millones de años este virus saltó la barrera de los simios africanos a los homininos
Hay enfermedades que llevan con nosotros millones de años, como es el caso del herpes. Están tan extendidos y nos resultan tan cotidianos que casi no somos conscientes de que su origen es un virus, que en algún momento llegó a nuestro linaje. Una profunda investigación coordinada desde la Universidad de Cambridge ha combinado datos procedentes de homininos fósiles, con información del ADN del propio virus y datos sobre la evolución del clima en África, y finalmente han concluido que el herpes tanto labial como genital llegó hasta Homo erectus por contacto con Paranthopus boisei, probablemente por el consumo de su carne, y que a su vez P. boisei se habría contagiado por carroñear cadáveres de grandes chimpancés. Además, creen que en origen ambos tipos de virus se habrían alojado en la boca, hasta que uno de ellos arraigó en un entorno que le resultó más favorable, las mucosas genitales.
Fecha de Publicación
2 de octubre de 2017
Fuentes de información digital utilizadas
Europa Press, 20 Minutos
Fuente de las imágenes
Europa Press, 20 Minutos, Virus Evolution
Palabras clave:
prehistoria, paleolítico inferior, Paranthropus boisei, homininos, virus, herpes, salud
Bibliografía científica, publicación original
Virus Evolution
En algún momento hace varios millones de años, nuestro antepasado Homo erectus entró en contacto con los virus que provocan el herpes labial (VHS1) y el herpes genital (VHS2), quedando ambos definitivamente ligados a nuestro linaje. Hasta ahora, se desconocía desde dónde se había producido este salto, aunque científicos habían señalado que la procedencia podía ser otra especie de homininos. Un trabajo realizado por investigadores de las universidades de Cambridge y Oxford Brookes señala ahora a Paranthropus boisei como especie de procedencia de ambos tipos de herpes, que se habría contagiado por el contacto con grandes simios africanos.
La vía de contagio probablemente esté relacionada por las prácticas de carroñeo entre estas especies. El consumo de cadáveres de grandes simios por parte de P. boisei habría propiciado el contacto con el virus, que aprovecharía llagas o heridas abiertas para instalarse en su nuevo anfitrión.
En origen, tanto VHS1 como VHS2 podrían haber estado alojados en la boca, y probablemente los individuos contagiados de VHS1 hubieran estado inicialmente protegidos de VHS2, pero en algún momento el virus localizó un nuevo nicho, asentándose en las mucosas de la zona genital.
Posteriormente, en el entorno del lago Turkana (Kenia), P. boisei y Homo erectus habrían entrado en contacto de forma común en torno a las zonas más propicias para abastecerse de agua. Homo erectus practicaba ya la caza de forma habitual, por lo que en esta ocasión P. boisei se habría convertido en presa, y su consumo por parte de Homo erectus habría llevado a contraer estas enfermedades entre los individuos del género Homo.
"El herpes infecta todo, desde los humanos hasta los corales, con cada especie con su propio conjunto específico de virus", explica la viróloga Charlotte Houldcroft, autora principal del estudio. Además, añade: "para que estos virus salten las barreras de las especies, necesitan una mutación genética afortunada combinada con un intercambio de fluidos significativo. En el caso de los homínidos tempranos, esto significa a través del consumo o el coito, o posiblemente ambos".
El equipo coordinado por Houldcroft ha recogido y combinado información procedente del registro fósil, del ADN de los propios virus, y de los climas africanos antiguos. Las ubicaciones de los fósiles combinadas con los datos climáticos ha resultado clave para ayudar a determinar qué especies antiguas tuvieron más posibilidades de entrar en contacto con los chimpancés africanos que vivieron hace millones de años.
Tras descartar pistas falsas como la posibilidad de la participación de Australopithecus afarensis como transmisor de los virus, Paranthropus boisei se reveló como el hominino que cumplía todos los parámetros buscados.
Tras una infección inicial, el herpes se expande con facilidad, pasando de madres a crías, y transmitiéndose a través de la sangre, la saliva y las relaciones sexuales.
Los investigadores consideran que este trabajo puede contribuir el origen y vía de transmisión de otras enfermedades antiguas.
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