El yacimiento neandertal de Jarama VI (Guadalajara) revela muy variadas estrategias de explotación de los recursos del entorno en sus distintas ocupaciones
Los resultados de las investigaciones en las ocupaciones neandertales del yacimiento de Jarama VI, en la provincia de Guadalajara, han permitido documentar una gran variedad de estrategias de explotación de los recursos del entorno a lo largo de las distintas ocupaciones temporales documentadas. Estas ocupaciones se distribuyen por periodos con diferentes condiciones climáticas, lo que en principio podría motivar los cambios de estrategias. Sin embargo, los investigadores han documentado las explotación de recursos diferentes en fases con una climatología muy similar, por lo que consideran que es probable que los cambios se produjesen por razones culturales y no climáticas.
Fecha de Publicación
6 de abril de 2018
Fuentes de información digital utilizadas
Dicyt
Fuente de las imágenes
Dicyt
Palabras clave:
prehistoria, paleolítico medio, neandertales, Musteriense, Jarama VI, Guadalajara, España, alimentación, recursos, clima, nutrición, economía
Bibliografía científica, publicación original
Archaeological and Anthropological Sciences
Ciervos, caballos, rebecos, vegetales... Las distintas fases de ocupación del yacimiento de Jarama VI, situado en la provincia de Guadalajara, revelan estrategias de aprovechamiento de los recursos muy diferentes en cada momento. Dentro de este abrigo se han podido documentar tres niveles arqueológicos que datan del final del Paleolítico medio, y que se corresponden con distintos momentos de ocupación neandertal.
La publicación en la revista científica Archaeological and Anthropological Sciences de un estudio tafonómico y zooarqueológico de los restos faunísticos identificados en el yacimiento contribuye a definir las principales características de la forma de explotar los recursos del entorno en cada uno de esos momentos. A través del estudio se ha observado que en un primer nivel ligado a una climatología fría los neandertales desarrollaron campamentos de larga duración, donde principalmente se procesaban ciervos y se elaboraban tiras de carne para su almacenamiento y transporte. Un segundo momento, también asociado a un clima frío, aparece marcado por ocupaciones breves y cercanas al verano marcadas por la explotación casual de los recursos vegetales, junto con actividades mínimas de caza.
La tercera fase identificada se asocia a un momento templado. En este periodo, las ocupaciones observadas son especialmente breves, también en torno al verano-otoño. Durante estas cortas estancias, se han documentado labores de descuartizamiento de ungulados como cabras y ejemplares jóvenes de rebecos.
La práctica de todas estas actividades para la obtención de nutrientes no parece estar ligada de un modo específico a las condiciones climáticas de cada momento, ya que en periodos con condiciones similares las formas de explotación del entorno difieren enormemente. Por este motivo, los investigadores consideran que podría haber cambios culturales ligados a estas distintas estrategias.
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