Una pequeña momia egipcia clasificada durante años como momia de halcón escondía en su interior un pequeño feto humano con malformaciones severas
No es la primera vez que se identifica una momia egipcia de un nonato, aunque no deja de sorprendernos la relación de esta cultura con la muerte, y el gran cuidado en garantizar el paso a la otra vida de seres que no llegaron a pisar este mundo, casos que aún en la actualidad generan enormes tabúes. Esta momia había estado clasificada durante largo tiempo como perteneciente a un halcón, si embargo su interior guardaba una historia muy diferente. Un pequeño feto muerto antes de llegar a término de su desarrollo, que sufría graves malformaciones. Este hallazgo nos abre una pequeña ventana al mundo de la maternidad en la antigüedad, la mortalidad perinatal y el duelo en estos casos.
Fecha de Publicación
31 de mayo de 2018
Fuentes de información digital utilizadas
Live Science, University of Western Canada
Fuente de las imágenes
Live Science, University of Western Canada
Palabras clave:
mundo clásico, egipcios, momia, feto, nonato, malformaciones, anencefalia, periodo ptolemaico, tomografía computerizada, Egipto, salud
Bibliografía científica, publicación original
Traducción: Laura benito Díez.
Una pequeña momia egipcia, que durante largo tiempo fue considerada como la momia de un halcón, ha resultado ser en realidad un raro ejemplo de un feto cercano a término con malformaciones severas, tal y como ha revelado un examen liderado por el experto en momias Andrew Nelson, de la Western University de Canadá.
Un detallado escaneo realizado con micro tomografía computerizada ha permitido "desenrollar" virtualmente esta momia revelando lo que debió ser una tragedia familiar incluso hace dos milenios: un feto masculino de 23-28 semanas de gestación, con una rara enfermedad llamada anencefalia, en la que el cerebro y el cráneo no se desarrollan correctamente.
Su identificación errónea en el Maidstone Museum (Reino Unido) como 'EA 493 - Halcón Momificado Periodo Ptolemaico' quedó al descubierto en 2016, cuando el museo decidió estudiar a través de tomografía computerizada una momia femenina perteneciente a su colección, y ya de paso escanear a EA 493 y otras momias animales. Fue entonces cuando la diminuta momia sorprendió a los expertos, que la identificaron como un feto humano. Pero la tomografía no ofrecía el suficiente nivel de detalle, y Nelson trabajó con distintos organismos para poder llevar a cabo un micro escaneado de extremadamente alta resolución, que además no daña la momia en absoluto.
Nelson reunió entonces un equipo interdisciplinar para examinar e interpretar las imágenes en lo que se ha convertido en el escaneado con mayor resolución nunca pracitcado a una momia fetal.
Las imágenes muestran los dedos de las manos y los pies bien formados pero un cráneo con malformaciones, dice Nelson, bioarqueólogo y profesor de antropología en Western University. "Toda la parte superior de su cráneo está sin formar. Los arcos de las vértebras de su columna no se han cerrado. Los huesos de sus oídos están en la parte trasera de su cabeza".
No hay huesos que den forma a la bóveda y los lados del cráneo, donde debería crecer el cerebro. "En este individuo, esta parte de la bóveda nunca se formó y probablemente no hubo un cerebro real", dice Nelson.
Eso la convierte en una de las dos momias anencefálicas que se conocen (la otra fue descrita en 1826), y con diferencia en la momia fetal más estudiada de la historia.
La investigación proporciona pistas importantes sobre la dieta materna, ya que la anencefalia puede ser el resultado de una falta de ácido fólico, que se encuentra en los vegetales verdes. También se plantean nuevas preguntas sobre las razones de la momificación en este caso, y las formas de sobrellevar este tipo de dramas personales en sociedades antiguas. Los investigadores se plantean que la creencia en el poder de los nonatos como talismanes pudo ser la causa.
"Habría sido un momento trágico para la familia perder a su pequeño y dar a luz a un feto de aspecto muy extraño, no un feto de aspecto normal en absoluto. Así que este era un individuo muy especial", dice Nelson.
Un equipo de más de una docena de investigadores, especialistas en Egiptología, radiología, anatomía, neonatología y urología, de la Western University pero también de otros lugares como Inglaterra, Francia o El Cairo, han aportado sus conocimientos al proyecto.
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