Hallan en Gipuzkoa un colgante prehistórico con un único precedente mundial
Han descubierto en Gipuzkoa un colgante prehistórico de hace unos 14.000 años, realizado en asta de ciervo, con un grabado en el que se aprecia la cabeza de una cabra montesa desde una perspectiva frontal, que cuenta con un único precedente: una pieza similar hallada en el yacimiento de Berroberria (Navarra). Este hallazgo se ha producido en la cueva de Agarre de Mendaro, donde también se han encontrado una punta de azagaya, decorada, del mismo período y unas pinturas rupestres que podrían tener una antigüedad de más de 22.000 años y sobre las que aún es preciso realizar nuevas investigaciones.
Fecha de Publicación
25 de julio de 2018
Fuentes de información digital utilizadas
El País, Noticias de Guipuzkoa, El Diario Vasco
Fuente de las imágenes
Noticias de Guipuzkoa, El Diario Vasco
Palabras clave:
Prehistoria, Paleolítico, Colgante, Guipuzkoa, Agarre de Mendaro, cueva, arte mueble
Los arqueólogos Álvaro Arrizabalaga y Blanca Ochoa han presentado en una rueda de prensa celebrada en San Sebastián este excepcional hallazgo, que forma parte de los descubrimientos realizados, en colaboración con el grupo de espeología Antxieta, en la cueva de Agarre de Mendaro, donde también han encontrado una punta de azagaya, decorada, del mismo período y unas pinturas rupestres que podrían tener una antigüedad de más de 22.000 años y sobre las que aún es preciso realizar nuevas investigaciones.
Los investigadores han destacado la singularidad del colgante, realizado por un artista paleolítico que grabó con un buril sobre un trozo de asta de ciervo la figura de una cabra montesa, un motivo característico de este período pero que es más habitual en otras superficies como el arte parietal o en puntas de lanza, y del que, hasta ahora, sólo se conocía otro caso realizado sobre una cuerna de cérvido, en el citado yacimiento navarro.
Arrizabalaga ha explicado que la pieza, de 12 centímetros de largo y de casi cuatro de ancho, fue encontrada en un agujero probablemente realizado por un tejón en el interior de la cueva de Agarre y está incompleta y fracturada en dos partes, posiblemente debido al impacto de una garra del animal durante su excavación.
El experto ha precisado que la parte más visible de la cabra, realizada con un buril mediante incisiones repetidas en el hueso, son sus cuernos en forma de V que han sido remarcados mediante pasadas sucesivas con la herramienta sobre el hueso, aunque también son perfectamente visibles las orejas del animal.
La pieza, que cuenta con un orificio en uno de sus extremos para utilizarlo probablemente como colgante o como adorno cosido sobre algún tipo de prenda, también tiene un grabado con representaciones de pequeñas equis en sus laterales.
Junto a este colgante, los expertos localizaron también una azagaya, una punta de lanza que constituye un hallazgo más "simple" que el colgante, pero que, según Arrizabalaga, también tiene cierta "importancia" porque está decorada con un grabado en su parte inferior, probablemente de época Magdaleniense.
Blanca Ochoa ha centrado sus explicaciones en las pinturas rupestres halladas en la gruta de Agarre, una cueva que ya fue explorada en 1966, y en la que ahora se han localizado una serie de puntos realizados con ocre rojo que definen una serie de líneas que parecen dar forma al lomo y los cuartos traseros de un animal.
Ochoa ha precisado que los estudios realizados sobre este "panel" son aún muy incipientes por lo que no ha descartado que próximamente se puedan llevar a cabo nuevos hallazgos porque se han detectado otros restos de pigmentos en la pared de la cueva.
La especialista ha precisado que la técnica para realizar las pinturas de Agarre es característica del período Premagdaleniense y consiste en la realización de líneas mediante puntos hechos mediante la impronta de la huella de un dedo pintado con ocre rojo directamente en la pared.
La arqueóloga ha recordado que existen otros ejemplos de esta técnica pictórica por toda la cornisa Cantábrica y, en concreto, en el País Vasco, en las cuevas de Danbolinzulo de Zestoa (Gipuzkoa) y de Askondo de Mañaria (Bizkaia), entre otras localizaciones.
Con el descubrimiento realizado en la gruta de Agarre, ya son 13 las cuevas con arte parietal prehistórico descubiertas en los últimos años en Gipuzkoa, un territorio en el que hasta 2006 sólo se conocían dos grutas con pinturas rupestres: Altxerri y Ekain.
Los investigadores han destacado la singularidad del colgante, realizado por un artista paleolítico que grabó con un buril sobre un trozo de asta de ciervo la figura de una cabra montesa, un motivo característico de este período pero que es más habitual en otras superficies como el arte parietal o en puntas de lanza, y del que, hasta ahora, sólo se conocía otro caso realizado sobre una cuerna de cérvido, en el citado yacimiento navarro.
Arrizabalaga ha explicado que la pieza, de 12 centímetros de largo y de casi cuatro de ancho, fue encontrada en un agujero probablemente realizado por un tejón en el interior de la cueva de Agarre y está incompleta y fracturada en dos partes, posiblemente debido al impacto de una garra del animal durante su excavación.
El experto ha precisado que la parte más visible de la cabra, realizada con un buril mediante incisiones repetidas en el hueso, son sus cuernos en forma de V que han sido remarcados mediante pasadas sucesivas con la herramienta sobre el hueso, aunque también son perfectamente visibles las orejas del animal.
La pieza, que cuenta con un orificio en uno de sus extremos para utilizarlo probablemente como colgante o como adorno cosido sobre algún tipo de prenda, también tiene un grabado con representaciones de pequeñas equis en sus laterales.
Junto a este colgante, los expertos localizaron también una azagaya, una punta de lanza que constituye un hallazgo más "simple" que el colgante, pero que, según Arrizabalaga, también tiene cierta "importancia" porque está decorada con un grabado en su parte inferior, probablemente de época Magdaleniense.
Blanca Ochoa ha centrado sus explicaciones en las pinturas rupestres halladas en la gruta de Agarre, una cueva que ya fue explorada en 1966, y en la que ahora se han localizado una serie de puntos realizados con ocre rojo que definen una serie de líneas que parecen dar forma al lomo y los cuartos traseros de un animal.
Ochoa ha precisado que los estudios realizados sobre este "panel" son aún muy incipientes por lo que no ha descartado que próximamente se puedan llevar a cabo nuevos hallazgos porque se han detectado otros restos de pigmentos en la pared de la cueva.
La especialista ha precisado que la técnica para realizar las pinturas de Agarre es característica del período Premagdaleniense y consiste en la realización de líneas mediante puntos hechos mediante la impronta de la huella de un dedo pintado con ocre rojo directamente en la pared.
La arqueóloga ha recordado que existen otros ejemplos de esta técnica pictórica por toda la cornisa Cantábrica y, en concreto, en el País Vasco, en las cuevas de Danbolinzulo de Zestoa (Gipuzkoa) y de Askondo de Mañaria (Bizkaia), entre otras localizaciones.
Con el descubrimiento realizado en la gruta de Agarre, ya son 13 las cuevas con arte parietal prehistórico descubiertas en los últimos años en Gipuzkoa, un territorio en el que hasta 2006 sólo se conocían dos grutas con pinturas rupestres: Altxerri y Ekain.
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