El estudio muestra que con ellas los neandertales podrían cazar perfectamente a distancia hace casi 400.000 años
Hace poco hablábamos del hallazgo de un hueso de mamut con una punta de sílex aún clavada en su interior. Pero mucho antes de utilizar lanzas con afiladas puntas de piedra, nuestros antepasados ya eran capaces de crear letales lanzas arrojadizas de madera. Los ejemplares completos más antiguos que se conocen fueron hallados en Schöningen (Alemania) y tienen una antigüedad cercana a los 400.000 años. Ahora un equipo de investigación ha puesto a prueba réplicas exactas de estas lanzas, revelando que pueden acertar perfectamente a un blanco a más de 20 metros de distancia y alcanzar por el camino velocidades de 120 kilómetros por hora. Además, parece claro que los neandertales conocían bien las propiedades balísticas necesarias para realizarlas.
Fecha de Publicación
25 de enero de 2019
Fuentes de información digital utilizadas
El País, Europa Press
Fuente de las imágenes
El País, Europa Press
Palabras clave:
prehistoria, paleolítico inferior, armamento, madera, lanzas, neandertales, caza, arqueología experimental, internacional
Bibliografía científica, publicación original
Nature Scientific Reports
El hallazgo de las lanzas de Schöningen (Alemania) en 1994 supuso un hito en la investigación de la fabricación de herramientas durante el Paleolítico inferior europeo. Preservadas durante cerca de 400.000 años, fueron cuidadosamente extraídas de su entorno formado por carbón, donde se encontraban acompañadas por restos de fauna como caballos. La excavación permitió recuperar ocho ejemplares de estas lanzas fabricadas completamente en madera.
Ahora, una investigación experimental ha revelado que este tipo de lanzas permitían la caza a distancia. Un equipo liderado por la arqueóloga Annemieke Milks, del University College de Londres, ha reproducido las lanzas de Schöningen en madera de abeto rojo, y las ha puesto a prueba en el campo de tiro.
Un equipo de seis deportistas ha sido el encargado de probar sus capacidades frente a alpacas de paja situadas a más de 20 metros de distancia.
“El hecho de que los primeros neandertales fueran capaces de diseñar armas voladoras sugiere que conocían bien las propiedades balísticas necesarias”, ha declarado Milks. Esto parece claro por el diseño de las lanzas, con la punta más pesada, lo que resulta adecuado para arrojarlas a distancia.
Tal y como recoge la investigación publicada en Scientific Reports, las réplicas, de 2,3 metros de longitud y 800 gramos de peso, han alcanzado durante las pruebas velocidades de 120 kilómetros por hora. Además, los lanzamientos dieron en el blanco una de cada cuatro veces. Estos datos manifiestan que estas lanzas eran realmente letales.
Aunque los hallazgos de Schöningen son prácticamente únicos, en el Museo de Historia Natural de Londres se conserva un fragmento de lanza similar, hallado en 1911 en Clacton-on-Sea (Inglaterra), y realizado con madera de tejo. Dado que no está completa, no ha sido posible replicarla para el experimento, pero constituye un ejemplo más de este tipo de objetos a tener en cuenta.
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