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martes, 16 de enero de 2018

Arte rupestre en la isla de Creta se remonta al Pleistoceno final
by LB Paleorama - 0

Cueva de Asphendou, Creta

Recientes investigaciones han identificado una especie de ciervo extinto en la actualidad

La datación indirecta de las representaciones rupestres prehistóricas resulta fundamental en conjuntos artísticos que hace unas décadas resultaban "indatables". Así ha sucedido con un panel de grabados rupestres situado en la Cueva de Asphendou (Creta), documentado en la década de 1970 y reestudiado ahora en detalle, desentrañando sus distintas fases superpuestas. Gracias a la fotogrametría de alta resolución se ha identificado una primera fase consistente en un panel de cérvidos con unas características anatómicas que solo pueden corresponder a unas especies de ciervos enanos cretenses actualmente extintos, pero que según el registro fósil campaban a sus anchas por la isla en el Pleistoceno final, hace al menos 11.000 años. Esto convierte a los grabados de Asphendou en las primeras representaciones rupestres paleolíticas identificadas en Grecia hasta ahora.

Fecha de Publicación
16 de enero de 2017
Fuentes de información digital utilizadas

Fuente de las imágenes
Journal of Archaeological Science: Reports
Palabras clave:
prehistoria, paleolítico superios, pleistoceno final, Cueva de Asphendou, Creta, Grecia, arte rupestre, grabado, cérvidos, ciervo enano, Candiacervus ropalophorus, moda
Bibliografía científica, publicación original
Journal of Archaeological Science: Reports

  • El ciervo extinto endémico de Creta (Candiacervus)
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  • Imagen a partir de modelo 3D y mapa en escala de grises mostrando las profundidades de los grabados
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  • Petroglifos de la Cueva de Asphendou
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  • Cuadúpedo con representacines en forma de remo cruzadas sobre su torso
Traducción: Laura Benito Díez.
El arte figurativo más antiguo conocido en Grecia data del periodo Neolítico (hace aproximadamente entre 8.000 y 5.000 años). Un estudio reciente de los petroglifos de la Cueva de Asphendou en la isla de Creta, sin embargo, sugiere que estas representaciones artísticas tienen una historia mucho más larga en el área del Egeo. Publicados por primera vez hace más de 40 años, el debate acerca de la antigüedad de estos petroglifos ha permanecido dormido durante décadas. A la luz de los avances tecnológicos en imagen digital y los recientes descubrimientos arqueológicos y paleontológicos en la isla, un equipo de investigación internacional ha reevaluado la datación de los petroglifos y demostrado que algunos fueron realizados en el Pleistoceno final, o Paleolítico superior. La comparación de la iconografía con el registro fósil demuestra que un cérvido endémico extinto, Candiacervus, está representado en la Cueva de Asphendou. Este es el más temprano arte figurativo encontrado hasta el momento en Grecia.
La Cueva de Asphendou se localiza en la región de Sphakia, en el oeste de Creta. En la actualidad esta región constituye una fértil zona de pastoreo para rumiantes por su elevación, a los pies de las Montañas Blancas y por su flora asociada. La cueva es pequeña (8,5 x 3,5 metros), y tiene un techo muy bajo (60 cms). Está formada en roca caliza cristalina, un tipo de roca que se extiende por toda la zona. Sobre su suelo hay un espeleotema donde han sido grabados los petroglifos, cubriendo un área de aproximadamente 1,15 x 0,8 metros.
A finales de la década de 1970, después de que los grabados de la Cueva de Asphendou fueran publicados, abundante material fósil perteneciente a cuatro especies enanas de cérvidos fue descubierto en cuevas costeras a lo largo de la costa norte de Creta, incluyendo, por primera vez, astas de tipo ropalophorus, un asta muy característica y alargada, con una punta inferior muy corta y ausencia de otras puntas o ramificaciones.
Las ocho especies conocidas de cérvidos cretenses se dividen entre especies enanas y otras de gran tamaño. De estas últimas se ha podido observar que tenían hábitats mucho más reducidos, mientras que las especies enanas han sido documentadas en más de 60 cuevas costeras a lo largo de todo el litoral de la isla. Las especies más pequeñas, C. ropalophorus, C. sp. IIa, no sólo tienen unas patas relativamente cortas, sino que además poseen cuernos alargados e indiferenciados.
Candiacervus ropalophorus, y sus parientes con ligeras variaciones morfológicas, junto con Capra aegagrus cretica (una especie de cabra salvaje), son las dos únicas especies que poseían apéndices craneales simples, sin ramificaciones, como los representados en la Cueva de Asphendou. La principal diferencia entre estos dos rumiantes es que la más pequeña especie de Candiacervus tenía astas inusualmente largas, tanto rectas como ligeramente curvas, y sin ramificaciones, que podían alcanzar prácticamente la longitud de sus cuerpos. Mientras que los cuernos de agrimi (Capra aegagrus cretica), aunque también carecen de ramficaciones, se extienden únicamente hasta sus hombros.
Una segunda diferencia, menor aunque obvia, es que las astas del ciervo de Creta tienen una superficie lisa mientras que los cuernos de agrimi tienen profundos surcos horizontales.
Si los cuadrúpedos grabados en Asphendou son Capra, datarían de hace unos 9.000 años, si por el contrario son Candiacervus, datarían de antes del fin del Paleolítico, al menos 11.000 años atrás.
El equipo de investigación ha documentado pormenorizadamente la superficie de la cueva en la que se observan los grabados, a través de un modelo 3D de alta resolución generado por fotogrametría. Como resultado, se ha obtenido un importante archivo de fotografías y bocetos de la totalidad de la secuencia de grabados de Asphendou, lo que ha permitido una primera interpretación del conjunto, esencial para resolver el problema de la datación.
Las ilustraciones producidas en la década de 1970 inducían al error al tratar el conjunto como un panel producido de una sola vez, interpretando erróneamente figuras que se superponen, sin tener en cuenta la diacronía de los grabados. La investigación actual ha permitido identificar diferentes capas de grabados, lo que ha permitido identificar nuevos elementos iconográficos, aumentando el número de cuadrúpedos observados de 20 a 37. La descomposición del panel en capas ha permitido observar además que los grabados más antiguos representan un conjunto de animales paleolíticos sin representación de línea de suelo o de paisaje.
La documentación y reestudio de los grabados confirma que, en base a la silueta general, cuerpo, proporciones y la presencia simultánea de pezuñas y cuernos, estos cuadrúpedos son rumiantes. Los apéndices craneales son largos, y ligeramente curvados, y presentan distintas logitudes en proporción con el cuerpo. En algunos cuadrúpedos, los apéndices craneales se extienden de forma más horizontal, sin cambios de ángulo, mientras que en otros son cortos con un claro cambio de ángulo a medio camino. Ninguno de los apéndices tiene perfil de cimitarra. Estos detalles son cruciales para reinterpretar lo que parecen ser los grabados más antiguos de Asphendou.
Aunque las astas de Candiacervus varían en tamaño y forma, todas adolecen de la complejidad de las astas de los ciervos continentales. En la vista antero-lateral de la cabeza con el asta, esta configuración única de cuernos relativamente rectos o en ocasiones curvos, sin puntas multiples ni palmeados, y especialmente, prácticamente iguales en longitud al cuerpo del cérvido, recuerdan especialmente a la mayoría de cuadrúpedos representados en la Cueva de Asphendou. Estilísticamente, las representaciones encajan con el arte paleolítico conocido al representar al animal de perfil, pero detallando ambos cuernos como en una vista en tres cuartos. Además, la ausencia de línea de suelo, o de representación del paisaje, es más común en los grabados paleolíticos que en los ejemplos conocidos de la Edad del Bronce en los que se representan cabras salvajes.
Durante la Edad del Bronce en el Egeo, los cérvidos enanos cretenses llevaban extintos unos 6.000 años, por lo que resulta mucho más plausible considerar que se trata de representaciones realizadas en el Pleistoceno final que distorsiones aleatorias sobre las cabras salvajes realizadas por artistas de la Edad del Bronce y que resultan tener un parecido anatómico asombroso con las especies fósiles identificadas.

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