Una investigadora sueca centra sus estudios en el proceso de fabricación y las capacidades artesanas
Katarina Botwid, ceramista e investigadora de la Universidad de Lund (suecia), ha centrado su investigación sobre las ceámicas de la Edad del Bronce en las capacidades artesanales de sus creadores, y en los conocimientos necesarios para crear las piezas. Considera que la mayoría de los recipientes precisaban unos conocimientos específicos mayores de lo que se podría pensar a simple vista, pero que por otra parte un niño de 9 años podría dominar.
Fecha de Publicación
11 de mayo de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
La Información, Eurekalert, Science Daily
Fuente de las imágenes
Eurekalert
Palabras clave:
Prehistoria, Edad del Bronce, Europa, cerámica, tecnología, Internacional
Bibliografía científica, publicación original
Lund University (tesis doctoral)
Un niño de nueve años podría ser un artesano altamente cualificado en cerámica durante la Edad de Bronce, según una nueva tesis realizada por una investigadora de la Universidad de Lund (Suecia), que explora cómo el punto de vista artesanal puede proporcionar nuevos conocimientos sobre los objetos arqueológicos.
Katarina Botwid, ceramista cualificada y con un doctorado en arqueología de la Universidad de Lund, apunta que “incluso los recipientes más simples de uso doméstico podrían implicar una tremenda habilidad”. “Dentro de la arqueología, los análisis tipológicos expertos se centraron previamente en cuándo se hizo un recimiente y su forma. Sin embargo, cómo fue hecho, el tiempo para producirlo y las técnicas aplicadas no han sido evaluadas antes”, indica.
El método de interpretación artesanal se basa en la capacidad física humana para crear. En todos los oficios hay tres niveles de habilidad sin tener en cuenta el periodo histórico, ya que los artículos pueden ser hechos por principiantes, artesanos competentes o ‘superestrellas’.
La tesis de Katarina se centra en el conocimiento práctico basado en su experiencia y sobre los materiales de los artistas y el proceso de trabajo probable de un objeto en particular. “Puedo evaluar el trabajo artesanal y sé el tiempo que se tarda en aprender las diferentes habilidades. Por ejemplo, puedes ver a partir de las huellas dactilares que quedan en los recipientes que los niños podrían ser ceramistas expertos. Se necesitarían unos tres años para alcanzar el nivel de habilidad aparente de algunos de los receptáculos", dice Botwid.
La investigadora añade: "El hecho de que los niños eran ceramistas expertos en la Edad del Bronce fue algo que me sorprendió y, por lo que yo sepa, no se ha conocido previamente”.
Botwid sostiene que el 95% de la cerámica sobrevivió al proceso de cocción antigua y no el 50%, como se pensaba anteriormente, antes de aplicar el conocimiento basado en la experiencia de la artesanía. "Esto es evidente a partir del conocimiento considerable del que los materiales cerámicos son testigos, lo cual es consistente con cerámicas vitales para las personas que habían comenzado a vivir en asentamientos con recipientes necesarios para el almacenamiento de comida y la cocina en ese momento", afirma.
Aplicar el conocimiento del método artesanal supone que los arqueólogos pueden mirar ahora los objetos de una nueva manera y encontrar nuevas categorías de materiales artesanales, instrumentos y herramientas.
Por ejemplo, Botwid encontró un lápiz de color óxido que data de alrededor del cambio de era, que es el primer hallazgo documentado en Suecia de material con esa forma. Se trata del mismo tipo de lápices que Rembrandt utilizó para sus dibujos.
“Descubrir que ceras de óxido se utilizaban ya en la Edad de Hierro significa que la antigüedad no era probablemente tan gris como pensamos”, concluye Botwid.
Katarina Botwid, ceramista cualificada y con un doctorado en arqueología de la Universidad de Lund, apunta que “incluso los recipientes más simples de uso doméstico podrían implicar una tremenda habilidad”. “Dentro de la arqueología, los análisis tipológicos expertos se centraron previamente en cuándo se hizo un recimiente y su forma. Sin embargo, cómo fue hecho, el tiempo para producirlo y las técnicas aplicadas no han sido evaluadas antes”, indica.
El método de interpretación artesanal se basa en la capacidad física humana para crear. En todos los oficios hay tres niveles de habilidad sin tener en cuenta el periodo histórico, ya que los artículos pueden ser hechos por principiantes, artesanos competentes o ‘superestrellas’.
La tesis de Katarina se centra en el conocimiento práctico basado en su experiencia y sobre los materiales de los artistas y el proceso de trabajo probable de un objeto en particular. “Puedo evaluar el trabajo artesanal y sé el tiempo que se tarda en aprender las diferentes habilidades. Por ejemplo, puedes ver a partir de las huellas dactilares que quedan en los recipientes que los niños podrían ser ceramistas expertos. Se necesitarían unos tres años para alcanzar el nivel de habilidad aparente de algunos de los receptáculos", dice Botwid.
La investigadora añade: "El hecho de que los niños eran ceramistas expertos en la Edad del Bronce fue algo que me sorprendió y, por lo que yo sepa, no se ha conocido previamente”.
Botwid sostiene que el 95% de la cerámica sobrevivió al proceso de cocción antigua y no el 50%, como se pensaba anteriormente, antes de aplicar el conocimiento basado en la experiencia de la artesanía. "Esto es evidente a partir del conocimiento considerable del que los materiales cerámicos son testigos, lo cual es consistente con cerámicas vitales para las personas que habían comenzado a vivir en asentamientos con recipientes necesarios para el almacenamiento de comida y la cocina en ese momento", afirma.
Aplicar el conocimiento del método artesanal supone que los arqueólogos pueden mirar ahora los objetos de una nueva manera y encontrar nuevas categorías de materiales artesanales, instrumentos y herramientas.
Por ejemplo, Botwid encontró un lápiz de color óxido que data de alrededor del cambio de era, que es el primer hallazgo documentado en Suecia de material con esa forma. Se trata del mismo tipo de lápices que Rembrandt utilizó para sus dibujos.
“Descubrir que ceras de óxido se utilizaban ya en la Edad de Hierro significa que la antigüedad no era probablemente tan gris como pensamos”, concluye Botwid.
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