Fuegos intencionados de cazadores-recolectores hace 20.000 años modificaron ampliamente la extensión de los bosques europeos
Nuestra huella ecológica sobre el planeta es algo innegable en la actualidad, aunque aplicado a nuestro pasado este concepto es más difícil de evaluar y medir. Científicos de las universidades de Lausana y Leiden en busca de reconstruir el paisaje vegetal europeo desde la última glaciación han llegado a la conclusión de que Europa debería tener bosques más densos que los actuales. Dentro de sus cálculos y análisis creen haber identificado por qué el paisaje actual no se ajusta a los modelos de cómo debería haber evolucionado la vegetación, y consideran que se debe al uso del fuego extensivo por parte de los cazadores-recolectores del Paleolítico superior, que habrían aclarado grandes masas arbóreas para generar pastos. Parece que hace 20.000 años ya éramos muy capaces de modificar el paisaje a gran escala.
Fecha de Publicación
2 de diciembre de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
La Información, Science Daily, Universiteit Leiden
Fuente de las imágenes
Universiteit Leiden
Palabras clave:
prehistoria, paleolítico superior, cazadores-recolectores, fuego, Europa, paisaje, tiempo
Bibliografía científica, publicación original
Plos One
La razón por la que Europa no posee actualmente unas masas boscosas más densas parece encontrarse en el Paleolítico superior, concretamente en las acciones de los cazadosres-recolectores que sobrevivían a la última glaciación hace unos 20.000 años.
El manejo del fuego por parte de estos grupos de población, y su uso intencional para aclarar la vegetación, parecen estar detrás del aspecto actual del paisaje europeo.
Estas son las conclusiones principales de un estudio realizado conjuntamente desde las univesidades de Lausana y Leiden, y publicado recientemente en la revista Plos One.
La investigación, coordinada por el profesor Jed Kaplan y el arqueólogo Profesor Jan Kolen, nos ofrece nuevos conocimientos sobre la capacidad de los cazadores-recolectores de influir en el paisaje. Todo apunta a que durante la fase más fría de la última Edad de Hielo, hace unos 20.000 años, los cazadores-recolectores encendían deliberadamente los incendios forestales con la intención de crear pastizales y bosques menos densos.
Probablemente lo que pretendían era atraer a animales salvajes y facilitar la recolección de alimentos vegetales y materias primas. Usado a gran escala, el fuego también habría facilitado los desplazamientos de los grupos humanos. Aunque otra posibilidad que no hay que dejar de valorar es que el gran impacto de estos incendios se debiese en realidad a un uso negligente del fuego.
Para lograr estos resultados, los investigadores han combinado análisis de las acumulaciones de cieno de la última glaciación con simulaciones por ordenador que incluyen nuevas interpretaciones de datos arqueológicos.
Las reconstrucciones de la vegetación europea para este periodo a base de polen y restos vegetales de lagos y pantanos sugieren que Europa tenía una vegetación de estepa abierta. Pero las simulaciones por ordenador basadas en ocho posibles escenarios climáticos muestran que bajo condiciones naturales, el paisaje en grandes áreas de Europa debería presentar un arbolado mucho más denso. Los investigadores concluyen que los seres humanos deben haber sido responsables de la diferencia.
Las pistas de este elemento diferenciador se han encontrado en las huellas del uso del fuego en los asentamientos de cazadores de este período y en las capas de cenizas en el suelo.
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