Un estudio sugiere una evolución en la ubicación y visibilidad del arte rupestre a lo largo del Paleolítico
El arte rupestre paleolítico es una fascinante ventana a la mirada de las comunidades paleolíticas sobre su entorno, pero a la vez es una fuente de incógnitas en cuanto a su objetivo y funcionalidad. Con el fin de poder aportar nuevos datos al estudio de las manifestaciones artísticas rupestres, Blanca Ochoa, investigadora del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la Universidad del País Vasco, ha realizado un detallado estudio para establecer la visibilidad del arte rupestre de la cornisa cantábrica. Ochoa ha podido establecer que en un primer momento las figuras eran más grandes y se situaban en cavidades principales, mientras que después hay una evolución hacia cavidades más reducidas, figuras más pequeñas y un mayor uso del grabado, menos visible que la pintura. Su investigación es aún un punto de partida, aunque la investigadora espera poder repetir sus análisis en otros territorios.
Fecha de Publicación
25 de enero de 2017
Fuentes de información digital utilizadas
NCYT
Fuente de las imágenes
NCYT
Palabras clave:
prehistoria, paleolítico superior, arte rupestre, ubicación, visibilidad, evolución, cornisa cantábrica, Asturias, Cantabria, España, moda
Bibliografía científica, publicación original
La finalidad del arte rupestre del Paleolítico superior podría estar directamente relacionada con los espacios que ocupan las representaciones en las cuevas, y el tamaño y visibilidad de las mismas. Bajo esta premisa ha desarrollado su investigación doctoral Blanca Ochoa, investigadora del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la UPV/EHU.
Ochoa ha podido identificar durante el desarrollo de su trabajo ciertos cambios en la ubicación y tamaño de pinturas y grabados, lo que podría indicar una transformación de las funciones de las representaciones artísticas a lo largo del Paleolítico superior.
Uno de los aspectos que se planteó definir en su investigación es si hay algún tipo de preferencia a la hora de seleccionar dónde se ubican las representaciones artísticas. “Se trata de un aspecto que se había analizado muy poco hasta la fecha”, comenta la investigadora.
El desarrollo de una metodología propia para el estudio de la visibilidad ha tenido en cuenta diferentes variables como el espacio donde se encuentran: el tamaño de la sala, la accesibilidad, la presencia de luz natural, etc. Y también se han valorado otras características relacionadas con las propias representaciones. “El tamaño de las obras, la altura a la que se encuentran, y, sobre todo, la técnica con la que se ejecutaron (pintura o grabado) determina en gran medida la visibilidad —describe Ochoa—. La pintura es mucho más visible que el grabado, y más aún si el grabado no se hace muy profundo”.
En su trabajo, Ochoa refleja que, mientras que durante las primeras fases del Paleolítico superior se utilizan cavidades pricipales con figuras pintadas de tamaño medio y grande, en el Magsaleniense se buscan espacios menos frecuentados, de menor tamaño y alejados de los recorridos principales de las cuevas. "Además, se prefiere un tamaño menor a la hora de crear las figuras y aumenta el uso del grabado como técnica", declara.
El estudio tiene una limitación geográfica, por lo que sería fundamental poder probar sus conclusiones en otras zonas. No obstante, resulta un enfoque intresante y novedoso para acercarnos más a las sociedades paleolíticas.
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