Se encontraba a la entrada de una tumba en Luxor, y tiene unos 4.000 años de antigüedad
El sacerdote penetró en la tunba y se dirigió al pequeño patio, se agachó junto al diminuto jardincillo que regaba con esmero, y recogió algunas flores que formarían parte de su ofrenda. Entonces comenzó con el ceremonial para honrar a los difuntos... Esta escena se habría producido en una necrópolis cercana a la ciudad egipcia de Tebas, actual Luxor, hace unos 4.000 años, durante el periodo que actualmente denominamos Reino Medio. El equipo del Proyecto Djehuty ha tenido la fortuna de documentar arqueológicamente uno de estos jardines funerarios, conocidos por sus representaciones en relieves de tumbas, que nos abren una ventana a conocer qué especies se cultivaban en ellos, y quizá saber cómo eran los rituales funerarios que allí se practicaban.
Fecha de Publicación
3 de mayo de 2017
Fuentes de información digital utilizadas
Efe Futuro, Europa Press, ABC
Fuente de las imágenes
El País, Europa Press, ABC
Palabras clave:
mundo clásico, Egipto, Luxor, necrópolis, Dra Abu el-Naga, jardín funerario, Reino Medio, Proyecto Djehuty, internacional
Bibliografía científica, publicación original
El Proyecto Djehuty ha dado a conocer un hallazgo sin precedentes ligado a una estructura funeraria en Luxor. Se trata de un pequeños cuadrado en en suelo de 3x2 metros, subdividido en cuadrículas de 30x30 centímetros, que fue un jardín funerario a la entrada de una tumba hace 4.000 años.
En una de sus esquinas aún se conserva la raíz y parte del tronco de un pequeño árbol. Las cuadrículas están delimitadas con adobes, y en su interior rellenadas con una capa de limo.
El pequeño jardín se situaba en el patio abierto de una tumba del Reino Medio excavada en roca. El hallazgo se sitúa en el entorno de las tumbas ya excavadas de la XVIII Dinastía temprana, en la necrópolis de Dra Abu el-Naga.
El hallazgo de representaciones de jardines funerarios en el interior de algunas tumbas ya conocidas del Reino Medio hacía pensar ya en su probable existencia, pero este hallazgo constituye la primera prueba palpable de su existencia real. José Manuel Galán, miembro del CSIC y director del Proyecto Djehuty, señala: "Si bien esta información era conocida a través de la iconografía, estaba muy poco documentada por la arqueología. Una vez más, nuestro yacimiento nos ofrece una nueva sorpresa, que nos permitirá realizar una aportación al conocimiento de la cultura y sociedad del antiguo Egipto".
Para Galán, esta es una muy buena oportunidad para conocer el medio ambiente y la jardinería en la antigua Tebas, en torno al 2000 a.C. Además, puede aportar nuevos datos sobre los ritos asociados al culto a los difuntos en esta etapa de la historia del antiguo Egipto.
La posible práctica de ritos funerarios en este espacio se ve reforzada por el hallazgo de un pequeño cuenco con varios dátiles depositados en su interior, acompañados de otros frutos que aún no han podido ser identificados. También se han recuperado varios cuencos de cerámica de aspecto muy delicado.
Como ha explicado el equipo del proyecto, muchos rituales funerarios de la época precisaban un estanque o una zona con vegetación arbórea, así que estos jardines habrían hecho las funciones de una pequeña representación simbólica de esas áreas verdes necesarias para llevar a cabo las ceremonias. Los frutos procedentes de las plantas y árboles del jardín se depositaban a su vez como ofrendas en la tumba.
Cerca de la entrada de la tumba a la que pertenece el jardín, se documentó una diminuta capilla de adobe que albergaba en su interior tres estelas pertenecientes a la XIII Dinastía (1800 a.C.). Las estelas hacen mención a Renef-Seneb, y al "ciudadano Khemenit, hijo de la dueña de la casa, Idenu".
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