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lunes, 18 de septiembre de 2017

Espadas de juguete y armas de caballería romanas en Vindolanda
by LB Paleorama - 0


Espadas, puntas de flecha y proyectiles de ballista se encuentran entre el conjunto de objetos descubiertos durante la excavación de unos barracones de caballería en la Vindolanda romana.

El fuerte romano de Vindolanda, junto al Muro de Adriano, es un yacimiento célebre por la espectacular conservación de elementos de materia orgánica, especialmente madera o hueso, gracias a la formación de ambientes libres de oxígeno en su subsuelo. La campaña de este año ha resultado especialmnete fructífera, aunque en este caso los protagonistas han sido los metales, dos espadas de hierro, una de ellas aún dentro de su vaina de madera, arreos de caballo de bronce dorado que aún conservan su brillo, puntas de lanza, proyectiles de ballista... e incluso dos pequeñas espadas de juguete hechas de madera, se cuentan entre sus fabulosos hallazgos.

Fecha de Publicación
11 de septiembre de 2017
Fuentes de información digital utilizadas
BBCVindolanda Trust
Fuente de las imágenes
BBCVindolanda Trust
Palabras clave:
mundo clasico, romanos, Vindolanda, Muro de Adriano, Northumberland, Reino Unido, espadas, juguete, madera, caballería, moda
Bibliografía científica, publicación original


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Durante las últimas semanas los arqueólogos del fuerte romano de Vindolanda (Northumberland, Reino Unido) han realizado uno tras otro toda una serie de grandes descubrimientos en lo que ha sido una campaña excepcional para la investigación del yacimiento.
La excavación de los sondeos por debajo de las cimentaciones de la última fortaleza de piedra puso al descubierto un nivel oscuro y sin oxígeno, perfectamente preservado en un ambiente anaerobio en una zona donde no se esperaba en absoluto algo así. Escondidos en este estrato se encontraban paredes y suelos de madera, vallas, cerámica y huesos de animales, procedentes del nivel de abandono de un barracón de caballería romano. Las habitaciones excavadas incluyen establos para caballos, salas comunes, hornos y hogares.
Mientras se excavaba el material de la esquina de una de las salas comunes uno de los voluntarios que participaban en la campaña realizó un gran descubrimiento.
La tierra que rodeaba al objeto fue lentamente retirada bajo cuidadosa supervisión para revelar la punta de una delgada y afilada hoja de hierro, descansando en su vaina de madera. A medida que los arqueólogos continuaron excavando la silueta del mango y el pomo fueron emergiendo lentamente del negro sedimento y quedó claro inmediatamente que los romanos habían dejado atrás una espada completa con la punta doblada. Es el equivalente en la antigüedad de un soldado contemporáneo abandonando un rifle defectuoso.
El doctor Andrew Birley calificó el momento de "bastante emotivo" y afirmó: "puedes trabajar como arqueólogo toda tu vida en yacimientos militares romanos y, incluso en Vindolanda, nunca esperarías o imaginarías encontrar un objeto tan raro y especial como este".
Rupert Bainbridge, el voluntario que hizo el descubrimiento inicial describía el momento como apabullante, y comentaba: "estaba tan emocionado de excavar un objeto tan extraordinario, especialmente algo tan relacionado con el área del fuerte en la que estábamos excavando.
Unas pocas semanas después, los arqueólogos de Vindolanda, acompañados por un nuevo equipo de voluntarios, estaban terminado de trabajar en una habitación adyacente a la habitación en que fue descubierta la espada. Y allí encontraron una segunda espada, esta vez sin empuñadura, vaina o pomo, pero con la hoja y el nervio central aún completos y apoyada sobre el suelo exactamente donde había sido depositada miles de años atrás.
El doctor Birley ha comentado: "uno no espera tener este tipo de experiencia dos veces en un mes así que fue al mismo tiempo un momento delicioso y un rompecabezas histórico. Puedes imaginar las circunstancias en las que resulta concebible que se abandone una espada aún siendo un hecho extraño, ¿pero dos?" Ambas armas proceden de habitaciones diferenciadas, y probablemente pertenecieron a diferentes personas. Una teoría es que la guardia fue forzada a marchar apresuradamente, y que con las prisas dejaron atrás no solo espadas sino también un gran número de otros objetos perfectamente útiles que habrían tenido gran valor en su época.
Las espadas son realmente destacables, pero solo son una parte de una espectacular colección de objetos abandonados en estos edificios ocupados por la caballería. En otra habitación había dos pequeñas espadas de juguete hechas de madera, prácticamente iguales a las que se pueden comprar cuando se visita el Muro de Adriano en la actualidad.
Tablillas romanas de madera escritas con tinta, chanclas de baño, zapatos de cuero (para hombres, mujeres y niños), estilos para escibir, cuchillos, peines, agujas para el pelo, broches y una gran variedad de armas que incluyen lanzas de caballería, puntas de flecha y proyectiles de ballista, son varios de los objetos abandonados en los suelos de los barracones.
Igualmente espectaculares son los arreos de caballo de aleación de cobre hallados también en el mismo espacio. Se conservan en tan buenas condiciones que aún brillan como el oro y están prácticamente libres de corrosión.
Las espadas y el resto de objetos forman un relevante descubrimiento de una de las más completas e importantes colecciones de este tipo de material procedente del lugar arqueológico del Muro de Adriano.
Los visitantes del yacimiento de Vindolanda podrán ver este conjunto de objetos de caballería expuesto en el museo del yacimiento a partir de este otoño.

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