El desarrollo de una nueva técnica de análisis ha permitido obtener esta información, que hasta ahora solo era una teoría
Pequeñas jarritas con pie anular aparecen diseminadas por todo el Mediterráneo oriental en distintos yacimientos con una cronología atribuida a la Edad del Bronce Final, hace algo más de 3.000 años. Desde hace tiempo se intuía su relación con el opio, ya que para muchos investigadores su forma recuerda a las cabezas de semillas de la amapola de la que se obtiene este producto. Por primera vez análisis químicos desarrollados ex profeso han demostrado la presencia de alcaloides de opio en el interior de una de estas jarritas, una especialmente bien conservada, perteneciente al British Museum. Aún queda por determinar la forma en que se utilizaba este producto.
Fecha de Publicación
3 de octubre de 2018
Fuentes de información digital utilizadas
University of York
Fuente de las imágenes
University of York
Palabras clave:
opiáceos, alcaloides, opio, jarrita pie anular, Chipre, Próximo Oriente, Edad del Bronce, Bronce final, salud
Bibliografía científica, publicación original
Traducción: Laura Benito Díez.
Investigadores de la Universidad de york y el British Museum han descuierto trazasa de opiáceos conservadas dentro de una característica jarrita datada en el Bronce final.
Durante largo tiempo se ha pensado que las vasijas de este tipo, pequeñas jarritas con pie anular, podrían tener relación con el uso del opio porque al darles la vuelta recuerdan a la cabeza de la amapola del opio, donde están sus semillas. Se sabe que fueron objeto de comercio por todo el Mediterráneo oriental hacia 1650 - 1350 a.C.
Los investigadores usaron diferentes técnicas de análisis para estudiar una jarrita en concreto perteneciente al British Museum, que está sellada, permitiendo a los componentes conservarse en su interior. Esto significa que los científicos contaban con la rara oportunidad de investigar qué componentes podían haber sobrevivido.
El análisis inicial realizado por los científicos del British Museum reveló que el residuo de la jarrita estaba compuesto en su mayoría por un aceite vegetal pero había indicios de la presencia de alcaloides del opio, un grupo de componentes orgánicos derivados de la amapola del opio, que sabemos tienen efectos psicológicos significativos sobre el cuerpo humano.
Para detectar de manera concluyente los alcaloides y demostrar la presencia de opiáceos en el residuo oleoso de la vasija, sin embargo, fue necesario desarrollar una nueva técnica de análisis.
Usando instrumental del Centro de Excelencia en Espectrometría de Masas de la Universidad de York, la doctora Rachel Smith desarrolló este nuevo método analítico como parte de su doctorado en el Departamento de Química de la universidad.
La doctora Smith ha afirmado: "Los alcaloides opiáceos concretos que hemos detectado son los que han resultados er más resistentes a la degradación, lo que los convierte en mejores objetivos en residuos antiguos que muchos opiáceos mejor conocidos como la morfina. Encontramos los alcaloidas en aceite vegetal degradado, así que la cuestión acerca de cómo habría sido usado el opio en esta jarrita aún permanece sin respuesta. ¿Podría haber sido un ingrediente entre otros en una mezcla con base de aceite, o podría haberse reutilizado la jarrita para contener aceite tras el opio, o algo completamente diferente?"
La profesora Jane Thomas-Oates, directora de Ciencia Analítica en el Departamento de Química, y supervisora del estudio en la Universidad de York, dice: "La jarrita es muy significativa al revelar importantes detalles sobre el comercio y la cultura del periodo, así que era importante para nosotros tratar de avanzar en el debate sobre para qué podría haberse usdo. Hemos podido establecer un riguroso método para detectar opiáceos en este tipo de residuo, pero el próximo desafío es ver si podemos lograrlo con residuos peor conservados".
Esta es la primera vez que se ha logrado una evidencia química fiable para relacionar la amapola del opio con una jarrita de pie anular, a pesar de los muchos intentos previos por parte de investigadores a lo largo de los años.
La doctora Rebecca Stacey, científica senior en el Departamento de Investigación Científica en el British Museum, añade: "Es importante recordar que esta es sólo una vasija, así que el resultado levanta montones de preguntas sobre el contenido de la jarrita y su propósito. La presencia de los alcaloides aquí es inequívoca y brinda una nueva perspectiva al debate sobre su significancia".
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