Autor: José Manuel Illán
La Fundación Palarq de carácter privado y presidida por Antonio Gallardo establece el primer premio nacional en el ámbito de la investigación arqueológica y paleontológica
En su primera edición, el galardonado ha sido el proyecto “Construyendo Tarteso”, dirigido por Esther Rodríguez y Sebastián Celestino, que recogieron el premio en la ceremonia celebrada el 26 de noviembre en el Museo Arqueológico Nacional.
El premio está dotado con 80.000 euros, que serán destinados por los directores del proyecto principalmente a completar y costear las analíticas de las muestras recogidas en las dos campañas llevadas a cabo en el yacimiento tartésico de El Turuñuelo (Guareña, Badajoz).
Construyendo Tarteso está resultando un proyecto que ha llamado la atención nacional e internacional con numerosas instituciones españolas y extranjeras dispuestas a colaborar. Aparte, se está contribuyendo a alejar Tartesos del mito y de las antiguas metodologías y afirmaciones realizadas por personajes como Schulten para pasar a mostrar una arqueología moderna, multidisciplinar y conectada con la sociedad.
LA FUNDACIÓN PALARQ
La Fundación Palarq es una entidad privada y sin ánimo de lucro que se creó en 2015 con la finalidad de apoyar las Misiones Arqueológicas Españolas en el extranjero, excluyendo Europa, dentro de una perspectiva que abarca desde la etapa paleontológica a las épocas prehistóricas y las históricas en interés monumental. En 2016 apoyó 22 proyectos y en 2017 un total de 32 proyectos, todos ellos fuera de España y Europa. En la convocatoria de este año se han aprobado 44 proyectos tras pasar por evaluación.
PREMIO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA Y PALEONTOLOGÍA DE LA FUNDACIÓN PALARQ
Este galardón, el primero de su tipo en nuestro país, mucho más frecuente en el ámbito europeo, tiene como objetivo reconocer la excelencia y originalidad de Proyectos Arqueológicos o Paleontológicos, dirigidos por equipos de investigación españoles, y desarrollados tanto a nivel nacional como internacional, sin restricciones de culturas o períodos históricos. El jurado del premio estuvo formado por personalidades de reconocido prestigio que debieron elegir entre 25 candidaturas presentadas. En la preselección se eligieron estos 5 proyectos como finalistas junto al proyecto premiado:
- “Paleobiología y Evolución de los Neandertales de El Sidrón”
- “Proyecto Bastida”
- “Arqueología de los yacimientos del lecho I de la garganta de Olduvai”
- “Proyecto ILIT·AURO”
- “Los Orígenes de la agricultura y la ganadería en el Próximo Oriente”
CONSTRUYENDO TARTESO
El proyecto Construyendo Tarteso se inició hace cuatro años con el objetivo de estudiar la cultura tartésica en el valle del Guadiana. Comprende otros yacimientos en el valle medio del Guadiana, como Cancho Roano y el Tamborrio, siendo los de El Turuñuelo de los mejores conservados y con más facilidad de acceso para su estudio. En palabras de los directores a Paleorama, los hallazgos y el trabajo realizado hasta la fecha en el yacimiento de El Turuñuelo están ocupando prácticamente la totalidad de la capacidad de trabajo y recursos del proyecto investigador.
Los resultados obtenidos hasta ahora hacen pensar que el edificio descubierto en El Turuñuelo es hasta la fecha el edificio prehistórico mejor conservado del Mediterráneo Occidental. Las excavaciones de las Casas del Turuñuelo plantean otras líneas de investigación y arrojan nueva luz sobre la importancia y extensión de la cultura de Tartesos, que comprende los siglos VIII y IV a. C.
Las primeras apariciones en prensa de este yacimiento maravillaron tanto a la comunidad científica como al gran público. Se demostraba la existencia de un edificio de al menos dos plantas y con unos 2.500 años de antigüedad. Se hallaron unas escaleras monumentales, únicas tanto en su tipología como en la época y por las técnicas constructivas utilizadas.
Fuente: Museo Arqueológico Nacional
La mitad de los escalones están hechos a modo de sillares, es decir, colocando unos bloques rectangulares a continuación de otros y luego unos encima de otros. Pero no utilizan grandes piezas de piedra cortada, como se hacía en construcciones similares de la época en el Mediterráneo oriental (en Grecia, por ejemplo), sino una especie de mortero de cal y granito machacado, probablemente encofrado después (la mezcla se colocaba a fraguar entre tablas hasta que se secara). Un mortero de gran calidad que se usaba al menos un siglo antes de que se documentara el opus caementicium de época romana.
Todo tipo de joyas, puntas de lanza, recipientes, semillas, restos de tejidos, parrillas de bronce o calderos enormes prometían desde el principio arrojar nueva luz sobre la cultura de Tartesos. Pero lo mejor aún estaba por venir y parece indicar que este yacimiento sigue teniendo muchas sorpresas por descubrir.
Al igual que otros yacimientos como el de Cancho Roano, el Turuñuelo fue amortizado y colmatado de forma intencionada, y no parece descabellado pensar que en el proceso se llevaron acabo una serie de rituales que nos llevan a un imaginario por el cual muchos de nosotros nos hicimos arqueólogos en su día. Muchos calderos, herramientas, e incluso una estatua griega de la que hablaremos posteriormente, fueron partidos en varios fragmentos que se repartieron por el recinto.
El final de esas escalinatas llevó al descubrimiento de un gran espacio o patio central en el que se encontraron 52 caballos sacrificados, agrupados y dispuestos en forma de estrella, con sacos de lino y esparto debajo de sus articulaciones y con restos de semillas y espigas en su interior.
Los directores repiten que su intención original era la de consolidar los restos de estos animales in situ pero los trabajos de conservación y de restauración aconsejaron su retirada para obtener en los laboratorios unas condiciones idóneas de manipulación y conservación.
La retirada de los animales supuso la posibilidad de documentar el pavimento de ese espacio central con sistemas de evacuación o drenajes y una pequeña cisterna en uno de los extremos del patio.
Fuente: El País
La gran novedad de la campaña de 2018 son los huesos de una persona adulta, probablemente un hombre de en torno a 1,67 metros de altura, que proporcionarán ADN para seguir investigando. Estos restos se han descubierto en la primera planta, junto a otros objetos como dos braseros de bronce. Las piernas están muy bien conservadas, así como el cráneo, aunque esté completamente aplastado por el peso de los materiales depositados encima. Esta persona y según las impresiones de los antropólogos forenses del proyecto, aunque no fue encontrado así, debió estar sentado en un lugar que hace pensar en un vigilante, vigía o guardián, al encontrarse en una de las salidas del patio central hacia lo que debieron ser dependencias interiores, que serán excavadas en las próximas campañas. Las conclusiones todavía son preliminares porque, como recuerda Esther Rodríguez, fue encontrado en el último día de excavación de la campaña de este año.
A este descubrimiento se suma un gran corredor que rodea el enorme edificio (otro elemento inédito junto a la escalinata monumental de 11 peldaños y el más que probable uso de falsas bóvedas) y los pies de una escultura griega de mármol, un material que no se había documentado en la península hasta mucho tiempo después, en época romana.
Fuente: El País
Aparte, de ser un unicum por época y localización, sorprende que aún mantiene restos de policromía: el azul egipcio del pedestal y el rojo de los pies y las uñas. Los análisis hechos indican que el mármol procede de las islas Cícladas, el archipiélago griego situado en el centro del mar Egeo. A la espera de localizar el resto de la escultura que revelará si se trata de una figura masculina o femenina.
Las investigaciones se alejan de las hipótesis que afirmaban el final de estas culturas tartésicas por invasiones, problemas bélicos internos, .. y plantean la hipótesis de que un drástico cambio climático empujase a estas poblaciones a abandonar el territorio que está siendo estudiado. La forma de colmatar y dejar estos lugares sagrados hace pensar que algo meditado y muy elaborado que no parece corresponder con una huída o abandono precipitado por algún acontecimiento o conflicto.
Desde Paleorama damos la enhorabuena tanto a la Fundación Palarq por la iniciativa de este Premio Nacional como a todos los que hacen posible Construyendo Tarteso, que nos están haciendo volver a recuperar la ilusión por la arqueología.
Conferencia en el Museo Arqueológico Nacional: Actualidad de la Investigación Arqueológica en España
2 de Octubre de 2018
Artículos de referencia:
El País
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eldiario.es
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