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lunes, 12 de noviembre de 2018

La isla de Areoso y sus yacimientos prehistóricos se deshacen
by LB Paleorama - 0

Destrozos provocados por las mareas en el yacimiento Mámoa 4, en el islote Areoso, en la ría de Arousa (Pontevedra). Foto: GUIDOIRO DIXITAL

Cambios en las corrientes de la ría de Arousa (Pontevedra) están causando la destrucción de importantes yacimientos prehistóricos

Nuestras acciones sobre la costa tienen consecuencias, y muchas, mucho más allá. El gran desarrollo urbanístico de la costa en la Ría de Arosa (Pontevedra) a finales del siglo XX ha alterado las corrientes marinas del entorno, provocando que poco a poco el islote de Areoso se vaya deshaciendo por la acción del oleaje, y con él, su gran riqueza arqueológica milenaria. Hasta 5 mámoas megalíticas, yacimientos de la Edad del Bronce y la edad del Hierro, se están destruyendo ante la mirada impotente de arqueólogos como Patricia Mañana-Borrazás, que tratan de documentarlo todo a contrarreloj, por ser un enclave de especial importancia para comprender el megalitismo de la zona gallega. Mientras tanto, la mámoa 5 ya ha sido seriamente afectada por el oleaje, y su historia (la nuestra) se desvanece ante nuestros ojos.

Fecha de Publicación
7 de noviembre de 2018
Fuentes de información digital utilizadas
El País
Fuente de las imágenes
El País
Palabras clave:
prehistoria, neolítico, edad de los metales, edad del bronce, edad del hierro, mamoa, megalitismo, Islote de Areoso, Ría de Arosa, Pontevedra, Galicia, sucesos



  • Esquema del túmulo funerario de Mámoa 2, islote de Areoso. Foto: GUIDOIRO DIXITAL
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  • Comparativa del estado de la playa donde se halla Mámoa 4 entre 2007 y 2011, islote de Areoso. Foto: GUIDOIRO DIXITAL
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  • Muro construido por Medio Ambiente para proteger Mámoa 4, islote de Areoso. Foto: XUNTA DE GALICIA
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Areoso es uno de los varios islotes de arena y rocas presentes en la ría de Arousa. Este tipo de formaciones no son estáticas, sino que se van transformando con la acción de las mareas. Areoso, por lo que conocen los geólogos, solía tener un movimiento pendular de forma natural, pero a partir de la década de 1980, cambios de origen humano en la costa y una presencia cada vez mayor de visitantes han cambiado su ciclo, al parecer de una forma fatal. En la actualidad el islote se deshace a ojos vista, y con él, una parte considerable de nuestra historia.

El proceso ha sido estudiado a través de fotografía satélite y GPS, y no deja lugar a dudas. Con el islote, se desvanecen ante nuestros ojos numerosos yacimientos arqueológicos del Neolítico, la Edad del Bronce y la Edad del Hierro. Los arqueólogos llevan varios años tratando de recoger toda esa información antes de que se pierda, aunque la acción del agua va ganando la partida.

De las cinco mámoas conocidas en el enclave, una ya ha sido destruida por las mareas. La gran densidad de restos arqueológicos en la pequeña isla puede resultar sorprendente, pero hay que tener en cuenta que hace unos 10.000 años se encontraba unida a la costa, situación que fue cambiando conforme se fundían los últimos glaciares y comenzaba la era geológica actual, el Holoceno.

Algunas pudieron ser excavadas, como la mámoa 1, compuesta por un túmulo de 5,80 metros de diámetro que protegía una cámara funeraria poligonal en su interior. La cámara de la mámoa 2 contenía recipientes de cerámica de hace casi 5.000 años, y la mámoa 3 atesoraba un dolmen. En 2011 el Ministerio de Medio Ambiente a través del Servicio Provincial de Costas levantó un muro de protección para salvaguardar la mámoa 4. Mientras tanto, la mámoa 5 ha sido destruida por el oleaje.

Y junto a las mámoas, muchos otros restos arqueológicos. Se ha documentado la existencia de un asentamiento humano en Areoso entre 2225-1959 a.C. Miles de fragmentos cerámicos, huesos y conchas procedentes de las actividades de estas gentes han sido recuperados. También ejemplares de cerámica campaniforme.

Para Patricia Mañana-Borrazás, directora de las últimas intervenciones arqueológicas en el islote, ""Es un yacimiento fundamental, porque es el único que tenía cinco dólmenes junto a la costa. No pasan de diez los que hay en toda Galicia. Siempre los construían en alto, lejos de los valles y de los ríos. En Areoso está la respuesta a este misterio, pero las aguas siguen destruyendo el islote y, a lo mejor, nunca sabremos la respuesta".

Los restos recuperados en sus intervenciones se encuentran en su mayoría en el Museo de Pontevedra, aunque algunos están siendo estudiados en la Universidad de Santiago. Mientras sus trabajos tratan de salvar la mayor cantidad de información posible, EL oleaje sigue avanzando, arrastrando la arena y nuestra historia de forma imparable.

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