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lunes, 4 de noviembre de 2019

Neandertales adornados con garras de águila imperial en Tarragona
by LB Paleorama - 0

Falange de águila imperial ibérica procesada por neandertales en Cova Forada (Calafell, Tarragona). Foto: Antonio Rodríguez-Hidalgo, IDEA.

Se documenta por primera vez este tipo de práctica en la península Ibérica, en una fecha especialmente tardía

Ya sabíamos que hace al menos 130.000 años los neandertales habían comenzado a desarrollar una cultura material que incluía la fabricación de adornos con garras de águila, y que probablemente desembocaría en el desarrollo de la cultura chatelperroniense a finales del Paleolítico medio. Por primera vez se han localizado evidencias de la fabricación de este tipo de adornos en la península Ibérica, concretamente con garras de águila imperial ibérica, y han resultado ser sorprendentemente modernas.

Fecha de Publicación
1 de noviembre de 2019
Fuentes de información digital utilizadas
SincDicytLa Vanguardia
Fuente de las imágenes
Science Advances
Palabras clave:
neandertales, paleolítico medio, chatelperroniense, águila, adorno, colgante, Cova Forada, Calafell, Tarragona, Cataluña, España, moda
Bibliografía científica, publicación original
Science Advances

  • Mapa con el área de distribución de los neandertales y los yacimientos con evidencias de falanges de rapaz procesadas. Foto: Rodríguez Hidalgo et alii.
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  • Análisis de la morfología de las marcas de corte usando el microscopio digital HIROX KH-8700 3D. Foto: Antonio Rodríguez-Hidalgo, IDEA.
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Una pequeña falange, de algo menos de tres centímetros de longitud, es la prueba del procesado de garras de águila por parte de los neandertales que habitaron Cueva Forada de Calafell hace unos 39.000 años. Nada que no hubieran hecho ya miles de años antes sus congéneres en otros puntos del sur de Europa, pero por primera vez se ha podido documentar esta actividad entre los últimos neandertales de la península Ibérica, expandiendo tanto geográficamente como cronológicamente este tipo de prácticas.

El completo estudio de este hallazgo ha sido publicado en la revista Science Advances. Su autor principal, Antonio Rodríguez-Hidalgo, es investigador del Instituto de Evolución Humana en África (IDEA) y de la Universidad de Barcelona. Gracias al trabajo de este equipo de investigación, con miembros de centros de investigación españoles, franceses y canadienses, hemos podido saber que la falange documentada corresponde a un ejemplar de águila imperial ibérica (Aquila adalberti), y que se trata de la falange 1 del primer dedo (Hallux) del pie izquierdo.

En este hueso se han podido identificar doce marcas de corte en la parte dorsal de la diáfisis, que cubren aproximadamente dos tercios de la longitud total de la falange. Casi todos los cortes están orientados de forma oblicua con respecto al eje principal del hueso.

La ubicación y profundidad de las marcas concuerdan con los trabajos experimentales publicados por Romandini et alii. Estas estrías se asociarían con la desarticulación de la garra y el dedo completo del tarsometatarso.

A parte de esta falange, identificada como FO15/IV1/E6/1339, ningún otro resto de águila o de rapaz en Cova Forada muestra hasta ahora modificaciones de origen antrópico.

En todo caso, cabe resaltar que todos los restos de águila recuperados pertenecen a sus extremidades, entre los que solo se ha recuperado una garra. Este hecho debe ser tomado en consideración ya que no se corresponde con la representación esqueletal de los abundantes restos de pequeños pájaros localizados en la cueva.

Rodríguez-Hidalgo ha relatado a Sinc que “Las garras de rapaces prácticamente no contienen nutrientes. Además, este tipo de águila es muy escasa en los ecosistemas, ¿las usarían entonces como comida gourmet? Por último, no encontramos marcas de mordeduras o cocinado ni otras partes del cuerpo del águila, por lo que se descarta que se usaran para el consumo”.

Juan Ignacio Morales, tambien coautor de la investigación, considera que el uso de las garras de águila como elementos de adorno podría haber pasado de los neandertales a los humanos modernos, ya que los segundos no iniciaron esta práctica hasta que llegaron a Europa.

Los trabajos en Cueva Forada se iniciaron en 1997. Se trata del yacimiento chatelperroniense ubicado más al sur de Europa, y supuso un cambio en los estudios sobre el paso del Paleolítico medio al Paleolítico superior hace unos 40.000 años.

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