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lunes, 9 de marzo de 2020

Muertes violentas entre los primeros pastores trashumantes de la península
by LB Paleorama - 0

Cráneo de uno de los individuos asesinados en la cueva de Els Trocs, con impactos de flechas y objetos contundentes. Foto: MANUEL A. ROJO / KURT W. ALT

Se publica en Nature la investigación sobre este llamativo suceso documentado en la cueva de Els Trocs, en pleno Pirineo de Huesca

La década de investigaciones desarrolladas en la cueva de Els Trocs, en el prepirineo de Huesca, ha dado para mucho. Aparte de proporcionar valiosa información sobre los primeros pastores trashumantes de la península, y brindarnos una de las mayores colecciones de cerámica del Neolítico inicial en el occidente europeo, ahora sus investigadores han dado a conocer este episodio de gran violencia documentado en los niveles más antiguos de la cueva, y que nos presentan al más puro estilo CSI.

Fecha de Publicación
6 de marzo de 2020
Fuentes de información digital utilizadas
El PaísEl EspañolSINCDICYT
Fuente de las imágenes
El PaísEl EspañolDICYT
Palabras clave:
prehistoria, neolítico, trashumancia, pastoreo, violencia, hueso, cueva de Els Trocs, Bisaurri, Huesca, Pirineos, Aragón, sucesos
Bibliografía científica, publicación original
Nature Scientific Reports

  • Evidencias de la violencia extrema en la cueva de Els Trocs. Foto: Alt et alii.
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  • Manuel Rojo observa uno de los fragmentos de cráneo con signos de violencia. Foto: equipo de investigación Els Trocs.
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  • Restos humanos entre el pavimento de cerámicas de la primera ocupación de la cueva de Els Trocs. Foto: Dicyt.
Se trataba de un pequeño grupo de pastores trashumantes. Ocupaban la cueva de Els Trocs, una oquedad fría y húmeda que se mantiene todo el año a 9 grados de temperatura, durante los meses de más calor. En esos meses los pastos de las tierras bajas ya están agostados, pero el pasto de montaña se mantiene fresco, y además concentra muchos más nutrientes. Seguramente se tratase de un lugar muy codiciado al que llevar los rebaños. Quizá, pero solo quizá, esa fuese la causa de la tragedia.

Tras una década de investigaciones, el equipo de Els Trocs nos ha desvelado muchos detalles de la vida de estas primeras comunidades de pastores trashumantes. Y ya nos habían ido dejando entrever lo que parecía un episodio de violencia entre distintos grupos humanos. La investigación sobre este dramático evento ha sido recientemente publicada en Nature.

Los restos documentados pertenecen a 5 adultos y 4 niños, y fueron localizados en los niveles de ocupación más antiguos, con una antigüedad en torno a 7.300 años. Todos ellos muestran signos de gran violencia, como los flechazos a bocajarro en la cabeza documentados en 4 de los cinco adultos. Tanto adultos como infantiles presentan además abundantes daños causados por el impacto de objetos contundentes, tanto en la cabeza como en las extremidades. Los golpes en las extremidades se sitúan además cerca de las articulaciones, como si su intención fuese causar el mayor daño posible en los huesos.

Probablemente los disparos de flechas se produjesen en el exterior de la cueva, y el resto de daños con los cuerpos ya trasladados al interior de la cavidad. Estas llamativas lesiones pudieron ser peri mortem, o haberse llevado a cabo con posterioridad. El equipo de investigación baraja la posibilidad de que formen parte de algún tipo de ritual que no comprendamos.

Rafael Garrido Pena, uno de los autores del trabajo y profesor en la Universidad Autónoma de Madrid, ha declarado a SINC que “Los patrones de las lesiones son claros en cuanto a la secuencia de la violencia aplicada. La mayoría de los impactos violentos fueron ciertamente infligidos alrededor del momento de la muerte”.

Dentro de las explicaciones a este suceso que se barajan, se encuentran enfrentamientos por el territorio, robo de ganado o incluso de mujeres. Los estudios de ADN han revelado que uno de los adultos y un infantil, de unos 6 años de edad, eran padre e hijo. Los otros tres infantiles tenían madres distintas, y los genomas de ellas no se han identificado entre los restos de adultos localizados en la cueva.

Los restos óseos aparecieron muy dispersos por el suelo de la cavidad, y no se pudieron identificar conexiones anatómicas claras, por lo que su conservación no parece deberse a un enterramiento intencional de los cuerpos.

El estudio genético de los huesos ha revelado también que los individuos masacrados pertenecen al grupo de población de los primeros migrantes neolíticos que se comenzaron a extender por toda Europa desde Próximo Oriente hace unos 10.000 años.

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