Un estudio revela los intercambios culturales y lazos familiares en la frontera de Panonia, la actual Hungría, durante el Bajo Imperio
La historia se suele contar a través de las grandes batallas, aunque en realidad la construye la gente corriente todos los días, y el enfoque cambia radicalmente según quién la cuente. Para los autores romanos contemporáneos, los Hunos sólo trajeron al Imperio destrucción y muerte, aunque la realidad del día a día de los habitantes de la región fronteriza de Panonia (Hungría) nos hable de un mundo cultural complejo, donde conviven y se intercambian distintos modos de vida. Impresionante lo que nos cuenta el esmalte de los dientes.
Fecha de Publicación
22 de marzo de 2017
Fuentes de información digital utilizadas
Sinc, La Información, Efe Futuro
Fuente de las imágenes
Sinc
Palabras clave:
mundo clásico, romanos, hunos, Panonia, limes, Hungría, convivencia, frontera, gente
Bibliografía científica, publicación original
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El fin del Imperio Romano de Occidente se ha interpretado tradicionalmente como la culminación de una serie de oleadas de pueblos bárbaros que atacaron sus fronteras y penetraron de forma violenta en su territorio. Esta percepción apocalíptica está directamente influida por la percepción de los autores romanos del momento, que recogen por ejemplo las incursiones de Atila, jefe de los temidos Hunos.
No obstante, las investigaciones en distintos puntos de las fronteras romanas a lo largo de su existencia nos permiten vislumbrar una realidad diferente, presentando estos lugares como áreas de contacto e intercambios comerciales, donde florecieron asentamientos y mercados, más que lugares donde únicamente había enfrentamientos militares.
Un nuevo estudio realizado sobre restos humanos procedentes de la antigua región fronteriza de Panonia, en la actual Hungría, muestra la cotidianidad de esta región de frontera, donde los Hunos intercambiaron sus modos de vida con los agricultores locales, y éstos también en ocasiones se lanzaron al modo de vida trashumante. Esta realidad dificilmente sería percibida por los cronistas clásicos desde miles de kilómetros de distancia.
Escuchando a los huesos
El estudio se basa principalmente en análisis bioquímicos del esmalte dental, la dentina y el colágeno de los habitantes de esta zona, con el fin de determinar de qué se componía principalmente su alimentación habitual y qué desplazamientos realizaban.
Los resultados de los análisis se han comparado con otros procedentes de agricultores del centro de Alemania, y también de Siberia y Mongolia, de donde procedían estos pastores nómadas.
Los datos obtenidos reflejan un importante intercambio de costumbres entre estas poblaciones en el área de Panonia, dándose el caso de individuos nómadas que se asientan y adoptan un modo de vida agrícola, y otros agricultores que dejan su modo de vida en favor del pastoreo nómada.
Susanne Hakenbeck, investigadora principal, y miembro del Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge, señala que "el estudio parece mostrar algún grado de cooperación y convivencia con las personas que vivían en la zona fronteriza. Lejos de ser un choque de culturas, la alternancia de estilos de vida pudo haber sido una póliza de seguro en tiempos políticos inestables".
¿Y ese cráneo aplastado es un acompañamiento lírico del texto?
ResponderEliminarSe trata de un cráneo modificado intencionalmente, característico de los hunos y otros pueblos nómadas del este de Europa.
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